sábado, 24 de noviembre de 2012

Capítulo 11


Estaba durmiendo plácidamente cuando sentí que Niall me susurraba al oído.
-Eh, rubia. Es hora de levantarse. Tienes que ir al instituto.
-¡No!-dije, cubriéndome la cabeza con la sábana.
Él me la quitó y yo volví a taparme, con lo que repitió el mismo movimiento y me dejé vencer.
-Venga, arriba.
-No...-dije, con voz somnolienta.
Él, por toda respuesta, pasó los brazos por detrás de mi espalda y mis rodillas y me levantó, sacándome de la cama.
Yo, aún con los ojos cerrados y sin saber si estaba más dormida que despierta y si esto era un sueño, apoyé la cabeza en su hombro y le pasé los brazos por el cuello, agarrándome.
-¡Despierta!-dijo, agitándome.
Abrí los ojos.
-Que tengo sueño, Niall...
-Sufre lo que yo sufrí el otro día.
-El rencor no es bueno, Niall...
Rió y me meció.
-Quieres que me despierte, pero sin embargo, me meces...
-¿Y quieres que cante?
-Una nana, por favor.
Reímos los dos.
-La próxima vez que durmamos juntos, me duermes así, ¿vale?
-Será raro, pero vale-aceptó.
Me miró.
-¿Estás despierta ya?
-No.
-¿Y cómo es que hablas?
-Em...Hablo en sueños.
-¡Estás despierta!
-Vale, sí... Lo confieso-dije, abriendo los ojos totalmente.-¿Se puede saber por qué me has despertado diciéndome que debo ir a ese sitio? Hay excusas mejores para despertarme.
-No es una excusa, es que vas a ir.
-¿Qué?
-Tienes que ir, si tu padre se entera por un casual de lo que estás haciendo me echará las culpas a mí y, en cierta medida, las tengo.
-Y entonces...
-Y entonces no voy a permitir que pase lo que estás pensando. Y por eso mismo vas a ir al instituto.
-Vale, está bien. Déjame en el suelo para que pueda ir al baño y arreglarme.
Así lo hizo y me dirgí hacia el baño,le miré de reojo y, antes de llegar a la puerta del baño, corrí hacia la cama.
-¡No!-dijo, interceptándome mientras yo reía.
Sus brazos me atraparon por la cintura y me estrecharon contra él.
-¡Qué tengo sueño!-me quejé, entre risas, mientras ponía mis manos sobre las suyas e intentaba liberarme del agarre para tirarme sobre la cama.
Entonces él se inclinó y besó mi mejilla, con lo que detuvo mis movimientos y me giré para mirarle.
Acto seguido, los dos sonreímos.
-Vale, me has convencido. Puedes soltarme.
Me soltó y entré al baño, pero, cuando parecía que iba a cerrar del todo la puerta, eché a correr hacia la cama.
-¡No!-dijo él, riéndose y atrapándome en pleno salto, cayendo ambos sobre la cama.
(...)
-Me ha costado una vida despertarte y hacer que te vistieras. ¿Normalmente eres así todas las mañanas?
-No, todas no, sólo las que paso contigo.
Rió.
Estábamos bajando a la cocina.
-Así que te has despertado pronto y has bajado a hablar con Casey.
-Y con Jerry, que también estaba.
-¿Y qué tal con los dos?
-Bueno, con Jerry, ya nos conoces y con Casey, bastante bien. Ha estado preguntándome por mis comidas favoritas.
-¿Y eso?
-Porque según ella, me verá mucho por aquí y hay cosas que, cuando se es cocinera, tiene que saber.
-Anda con Casey, jajajaja.
Me callé porque en ese momento entramos en la cocina y ella estaba allí.
-¿Qué tal dormistéis?-preguntó ella, muy curiosa.
-Bien, aunque tengo sueño...
Ella se rió, no sé bien de qué.
Espero que no de nosotros o verás.
Terminamos de desayunar y nos dirigimos al garaje.
-¿Me llevas tú?-dije, tendiéndole las llaves.
-Yo te llevo. Serías un peligro al volante, con ese sueño que dices que tienes...
-Es tu culpa, ayer no parabas de hablar y de reírte.-le acusé.
-Porque me dabas conversación y me hacías gracia.
-Ah, claro, ahora la culpa es mía.
-No, en realidad es de Shannon. Roncaba, como bien decías.
Reí mientras me metía en el coche.
Él se sentó a mi lado y arrancó.
-En verdad la culpa es de los dos, no te atormentes más.
Le sonreí.
Salimos a la calle y vi una moto detenida en la puerta.
Fruncí el ceño.
-¿Qué pasa?
-Problemas-dije.
Alguien dio unos golpecitos en el cristal de mi lado y, la verdad, no me sorprendí cuando me giré para ver quién era.
Connor.
Bajé la ventanilla.
-¿Si?
-¿Es así como me das los buenos días?
Se agachó para besarme, no sé si en la mejilla o dónde, pero por si acaso, aparté la cabeza.
-Digamos que hoy sí. ¿Qué pasa? ¿Qué te trae por aquí?
Se apoyó en la ventanilla bajada, riendo.
-¿No te haces una idea?
-Connor, tengo sueño, no estoy muy lúcida por las mañanas, ya me conoces...
Rió.
-Veo que hay cosas que no han cambiado. Bueno, venía a buscarte, para llevarte a ese infierno al que todos llaman el Sant Patrick.
-Oh, pues bueno... Ya tengo quién me lleve-dije, señalando a Niall con la cabeza-Si acaso otro día, ¿si?
-No, da igual. Os seguiré. Tengo que hablar contigo.
-Haz lo que quieras-dije, subiendo la ventanilla y por tanto, obligándole a apartarse.
Se dirigió a su moto y subió.
-Vámonos-le dije a Niall, quien obedeció.
Dejé pasar un poco.
-¿Nos sigue?
-Así es.
Sonreí y negué con la cabeza.
-¿Qué pasa?
-Que voy de un acosador a otro. Qué suerte la mía.
-Y luego estoy yo, el pesado del teléfono y los mensajes.
-Te prefiero a ti mil millones de veces.
-Toma, conduce tú que creo que voy a llorar de la emoción...
-¡Serás tonto!
Ambos nos reímos.
Paró a unos metros de la puerta del instituto.
-Vendré a buscarte a la salida.
-¿Ah, si?-dije, con sorpresa.
-Claro. Ya hablé antes con Casey y Jerry para que lo supieran.
-Mal. Si lo saben, no es un secuestro.
-¿Quieres que te secuestre? Si no me hace falta el dinero.
-Nadie ha dicho que, una vez secuestrada, tengas que devolverme.
Rió.
-Lo pensaré.
-Sabiendo esto, el día se presenta mucho mejor. Eso sí, te sigo odiando por hacerme venir aquí.
-¿Ah, me odias?
-Sí. No. Bueno, un poco.
-¿De verdad?
-Pero te perdono si me das un beso y, sobre todo, un abrazo. Uno fuerte. Pero sin matarme, tampoco.
-Lo que sea para que dejes de odiarme.
Me abrazó y, cuando ya iba a salir del coche, me dio el beso en la mejilla.
-Te estaré esperando, recuerda.
-Descuida, será en lo único que piense en todo el día.
Antes de irme, acaricié el coche.
-Cuida de él.
-Oh, descuida.
-No, si le decía al coche. No quiero que te pase nada.
-Si al final lloro, Chris, crees que no, pero los irlandeses también lloramos...
Negué con la cabeza y, cargando con la mochila y el archivador, me dirigí al instituto.
Vi a Connor, apoyado en la moto y recordé que tenía que hablar conmigo, así que me acerqué.
Oí como todos cuchicheaban a mis espaldas. Por supuesto, todos le conocían. Era Connor, aquel chico que sin ser nadie y, sin tener nada de dinero, consiguió estar con alguien como yo, todo lo contrario. Sí, le conocían bastante bien.
¿Y él, cómo llevaba eso? Pues bien, con su típica sonrisilla de macarra que escondía un chico atento y dulce tras ella. Al menos, antes.
-Bueno, aquí estoy. ¿Qué quieres?
-¿Tú y el rubito estáis...?
-¡No!-dije.
Me puse tan nerviosa que el archivador se me escurrió de las manos y casi se me cae al suelo.
-¡No, no! ¡Claro que no!
-¿Entonces por qué te alteras?
-No me altero.
-Sí lo haces. Nunca mentiste bien.
-No miento. Sabes que no creo en las mentiras.
-No crees en ellas pero, sin embargo, engañas a tu padre, ¿no es cierto?
Me quedé un poco rota.
¿Cómo sabía él...? ¿Cómo podía saber que yo le estaba mintiendo a mi padre? No me gustaba mentir, como había dicho, no creía en la mentira. Pero si esta era la única manera de estar junto con Niall, le mentiría hasta al mísmisimo Dios, con las consecuencias que eso pudiera traerme.
-¿Qué sabes tú acerca de eso?
-¿Yo? Nada, pero sé bien lo que pasó entre nosotros, ¿recuerdas? Y seguro que no quieres que la historia se repita de nuevo. Es por eso que he sacado esa conclusión, nada más.
-Oh, bueno, no importa porque Niall y yo sólo somos amigos. ¿Eso era todo lo que querías decirme?
-No. ¿Cuándo vamos a quedar?
-¿Para?
-¿Para? He estado cuatro años esperando para volver a verte y estar contigo... Y, cuando te digo de quedar, ¿me dices para? Para jugar a las muñecas, no te digo.
-Connor, habláme bien. No uses ese tipo de voz conmigo.
-Ya salió la Christine dulce y delicada de siempre.
-Y, por supuesto, ya salió el Connor que guardabas que nunca me gustó un pelo.
Suspiró.
-Tienes razón. Lo siento. Es que esto... No es fácil. Lo siento.
-Vale, está bien. No te preocupes.
-¿Entonces cuándo?
-No lo sé. Te llamaré, si eso.
-Tengo nuevo número.
Sacó un móvil algo antiguo.
-No es de última generación, pero al menos llama y recibe llamadas, que es lo que me importa. Apunta el número.
Saqué el móvil y lo hice.
-Llámame.
-Sí, vale.
Me dio un beso en la misma mejilla que Niall y se fue en la moto.
Y con él se fueron mis ganas de llamarle, ya de por sí inexistentes.
Me reuní con mis queridas amigas, Marta y Cait que, por supuesto, me interrogaron sobre Connor y Niall y yo se lo conté mientras nos dirígiamos a clase de la señora Black, la cuál se asombró cuando entré.
-¡Pero si es Steward! Creí que, después de lo de mis fotocopias, no volverías por aquí.
-Ya ves, Black, te echaba demasiado de menos.
-No voy a subirte nota por eso.
-Ni falta que me hace. Dígame el precio y se lo pagaré. ¿No es así como funciona todo aquí?
-Vete inmediatamente al aula de castigo.
Alice se rió de mí.
-¡No lleva ni dos minutos aquí y ya la han vuelto a echar!
Algunos se rieron.
-Ya, puede, pero yo al menos no lloro a escondidas porque el chico al que amo busca mi dinero y no a mí.
Todos dijeron "uhhhhhhhhhhh" porque obvio todos sabíamos que Alice se moría por Drake y Drake lo único que quería de ella (y de todas) era su dinero. Eso debía de ser duro, pero bueno, no era mi caso y seguramente no lo sería.
Aunque en aquellos momentos, no sabía cuanto de equivocada estaba con respecto a esto último.
Como Alice era la protegida de Black, me echó de la clase a gritos diciéndome que era un animal por ir diciendo esa clase de cosas y yo, tan feliz por no tener que dar esa clase y mientras oía como Alice lloraba (en parte porque dije la verdad, en parte porque haciéndose la víctima hacía un gran papel y se ganaba el apoyo de todos, entre ellos, el que ya tenía de Black) me fui, pensando en cuántos malditos minutos faltarían para que Niall me viniera a buscar, me liberara de esta prisión a la que llamaba vida y le pudiera contar este suceso tan divertido.
Cuando llegué al aula de castigo no había nadie, para sorpresa mía, así que me senté en las mesas del fondo y me eché una pequeña siesta, que se vio interrumpida cuando un profesor que no conocía (debía de ser nuevo) apareció, seguido de Drake, que me ignoró completamente. Hizo como si yo no estuviera allí también, castigada.
Y me dio otro motivo para ser feliz aquel día.
Cuando Rose vino y nos preguntó qué habíamos hecho, él dijo que simplemente no quería dar clase y se había venido aquí.
-¿Y tú, Steward?
-Le he hecho llorar a una compañera y le dije a Black que la eché de menos en mi ausencia.
-¿Qué compañera?
-Alice Parker. Lloró de la emoción de mis palabras.
Aunque no precisamente por mis palabras de emoción hacia Black, pensé.
Como era habitual, no me castigaron y del castigo de Drake no me enteré, así que regresé a clase con mis dos amigas y les conté lo que había hecho.
La mañana se me pasó despacio.
Sentía una creciente angustia cada vez que miraba el reloj y veía que apenas habían pasado unos minutos desde la última vez que lo miré.
Miraba también con casi desesperación el móvil, pero nada.
¿Y si lo llamo yo? ¿Y si le digo algo, le mensajeo...? No, no. A ver si ahora la acosadora/ pesada del teléfono voy a ser yo... Pero yo quiero llamarlo, jo.
Cuando el timbre sonó, dando fin a la última clase, di gracias al Señor y salí junto con Marta y Cait, a las que también había incluido en el plan.
Estábamos hablando, dirigiéndonos a la puerta, cuando Drake apareció y se metió entre nosotras, mirándome especialmente mal.
¿Qué había hecho yo ahora para que me miraran con tanto odio?
-Eh, nena-dijo, dirigiéndose a Cait-El viernes te paso a buscar, ¿vale?
-¡No, no quiere!-dije, metiéndome en medio.-¡Por supuesto que no quie...!
-Sí, sí que quiero-dijo Cait por detrás mía, tímidamente.
Me giré y me la quedé mirando.
Sentía la mirada de triunfo de Drake clavada en mi nunca.
Lo sentía traladándome e intentando quemarme por dentro.
-Cait, cariño, estamos hablando de Drake... ¡Por el amor de Dios, Cait, es Drake!
-Ya, ya lo sé. ¿Y?
-¿Cómo qué y?
No quería empezar una pelea con mi amiga allí, así que me encaré a Drake.
-¡Te dije que no te acercaras a ella! ¡Te lo avisé! ¡Teníamos un trato!
-Ah, el trato. Ese mismo que tú rompiste, ¿no? No fui yo quién lo incumplió, sino tú. La culpa es tuya.
Miró a Cait por detrás de mí.
-Te veo el viernes-dijo, guiñándole el ojo y marchándose.
Cuando se fue, volví a mirar a mi amiga.
-¿Tú te das cuenta de lo que va a hacerte, Cait? ¿Eres consciente? ¡Por Dios, niña! ¡Abre los ojos!
-¡Ya los tengo abiertos! ¿No ves como te miro?
-No, si encima me vacilas. ¡Cait, te lo estoy diciendo por tu bien! Acabarás haciendo algo que no quieres y te arrepentirás. Créeme, con el tiempo lo harás. Puede que ahora no lo veas así, pero lo es. No te dejes engañar.
-Chris tiene razón, Cait.-dijo Marta, apoyándome.
Cait nos miró a las dos.
-Ah, vale. Con que las dos estáis en mi contra. Pues que os den a las dos, majas.
Y se fue de mala ostia.
Marta y yo nos quedamos sin saber qué hacer. En más de once años de amistad, jamás nos habíamos enfadado así. Habíamos tenidos nuestros más y nuestros menos, nuestras discursiones, pero nunca de esta manera.
-Niall está allí-me dijo.
Miré y le vi, apoyado en el coche.
-Vamos con él.
Y así lo hicimos.
-¿Qué pasa con Cait? ¿No viene?-preguntó, extrañado.
-No, la muy idiota no viene.-dije, abriendo la puerta del coche y sentándome.
-¿Y mi abrazo en forma de saludo?
-Déjala, Niall. Está muy enfadada.-explicó Marta mientras yo cerraba de un portazo la puerta del coche.
-¿Qué le ha pasado?
-Mejor que te lo cuente ella.
Todo el trayecto en mi coche Niall lo pasó intentando hacerme hablar, pero no había manera. Estaba tan enfadada, todo era tan reciente... Que sabía que, como hablara, alguien acabaría herido y sería alguien inocente.
Una vez que subimos a su casa, Harry me atacó nada más que entré por la puerta.
-¡Eh! ¿Y dónde está Caitlin?
-¡No menciones a esa niña en mi presencia! ¡No! ¡La! ¡Menciones!
Harry se asustó tanto de mi cara de loca gritona que corrío a refugiarse tras Zayn, que buscaba una salida de fácil acceso por si me daba por matar a la gente y así poder huir rápidamente.
Ya habíamos comentado con anterioridad que Harry era muy valiente, así que quizá yo no diera tanto miedo.
-Yo sólo preguntaba, como siempre vais juntas...-dijo, asustado e inocente.
Dejé la mochila por ahí.
-Se han peleado-informó Niall-Pero no ha querido contarme el por qué.
-Nos hemos peleado por Drake.-solté.
Todos, incluidas Sam y Ash, se me quedaron mirando.
-¿Qué?
-¿Estáis locas?
-No, sois tontas, que es diferente.
-¡Escuchadme!-dije, haciendo que se callaran-No ha sido así, como pensáis. Drake, como sabéis, sólo va tras dos cosas. El dinero y... Bueno, eso. Ya me entendeis. Pues, a pesar de eso, Cait está total y locamente, enamorada de él.
-Te matará como sepas que lo has contando...-dijo Marta, mientras todos lo asimilaban.
-¿Y qué más da ya eso si...? Bueno, continúo.
-Sí, sigue-me apremiaron todos.
-Pues entonces es fácil suponer que Cait cederá ante cualquier... Proposición que le haga. Ella es mi amiga y no quiero eso para ella, porque se arrepentirá. Así que bueno... Cuando Drake y yo, teníamos ese trato... No sólo era por ti, Niall. No sólo trataba de ocultarte a mi padre. Drake me prometió que, mientras estuviera junto a él y cumpliera el trato, él dejaría en paz a Cait.
-Ahora entiendo entonces por qué ese empeño en continuar con aquella locura.
Asentí con la cabeza.
-Si rompía el trato, adiós. Y como lo he roto... Pues ha pasado hoy. Él le ha dicho de quedar y a ella le ha faltado tiempo para aceptar. Y encima se ha enfadado con Marta y conmigo cuando hemos tratado de prevenirla. ¡Ella sola se está cavando su propia tumba!-dije, dejándome caer sobre el sillón.
Comimos mientras debatíamos qué podíamos hacer para ayudar a Cait. Harry sugirió matar a Drake, pero que pareciera un accidente y yo fui la única que le apoyó.
-Tranquilo, Harry, si hace falta lo matamos tú y yo solos.-dije.
-¡Nada de matar a nadie!-nos regañó Niall.
Sugerimos tres millones de cosas, pero ninguna llegaba a convencernos del todo y, como dijo Zayn, a quién tenían que convencer era a Cait, no a nosotros mismos.
En estas estábamos cuando me sonó el teléfono y casi me morí al ver que en la pantalla ponía "Papá".
Pedí silencio mientras iba al pasillo.
-¿Papá?
-Hola, Christine. ¿Qué tal? ¿Dónde estás?
-Oh, pues bien, bien. Estoy... En casa de Marta, estudiando. Nos hemos venido después del instituto y he comido aquí.
-Ah, qué bien. Entonces estás cerca de casa. ¿Quieres que te vaya a buscar?
Niall apareció en el pasillo y se apoyó en la pared, escuchando.
-¿Qué? ¿Ya estás en casa?
-Sí, acabo de llegar hace unos minutos.
Niall y yo cruzamos una mirada.
"¿Ha vuelto ya?"-dijo él, sin hablar.
Asentí con la cabeza y pusimos los dos cara de disgusto.
Esa noche me tocaría dormir sola.
-Pues no te preocupes, que ya me acerco yo. Tengo el coche aquí.
-Ah, perfecto. No sabes las ganas que tengo de verte.
-Yo también, papá. Bueno, ya voy.
-Aquí espero.
-Sí, vale.
Y colgué, para quedarme mirando al infinito.
-Tengo que irme.-dije.
-Lo sé.
-No quiero hacerlo.
-También lo sé.
-Niall, por la cuenta que nos trae... Será mejor que no nos veamos en unos días.
-¿Qué? ¿Por qué me dices eso? No, no puedes pedirme eso. Pídeme lo que quieras, cualquier cosa, pero eso no.
-Me duele en el alma pedírtelo, pero tiene que ser así. Siempre que mi padre se va de viaje pasan días hasta que se separa de mí. Estos días son los más peligrosos y no voy a arriesgarte.
-Pero...
-Hablaremos cuando quieras, ¿vale? Llámame o lo que quieras. Siempre estaré disponible para ti, no importa la hora.
-Está bien.
-No, no lo está. Pero abrázame.
Sonrió y lo hizo.
Llevé a Marta y casa y después volví yo a la mía.
(...)
Y no me equivoqué.
Mi padre apenas me dejó vivir en los dos días que me separaron de Niall. Iba al instituto, donde intentaba por todos los medios posibles y humanos hacerle entrar en razón a Cait pero sin éxito alguno y después volvía a casa y ya no salía de allí. Deberes, películas, gimnasio, tennis, piscina... Todo le parecía poco a mi padre con tal de pasar tiempo conmigo y el tiempo que pude hablar con Niall también se vio afectado, ya que mi padre volvió a decir que pasaba demasiado tiempo enganchada a ese cacharro electrónico. La verdad es que estaba enganchada a la persona que estaba tras el móvil, no al móvil en sí mismo.
Y llegó el viernes, día en el que Cait y Drake quedarían, algo que yo no había podido evitar y en el que yo y mi padre tendríamos que presentarnos en una de aquellas galas benéficas de, ¿por qué era esta vez? No recuerdo, pero hacía tiempo que no iba a una y, la verdad, no las echaba en falta para nada.
Me ocupé de arreglarme yo misma y me puse un vestido, el cuál me había comprado hacía tiempo pero no había tenido oportunidad de estrenar.

Me maquillé un poco, me peiné el pelo a conciencia y me subí a unos tacones negros.
No llevaría bolso, pero le hice guardar a mi padre el móvil en el bolsillo.
De nuevo delante de las cámaras, sonriendo, fingiendo que algo sobre algo me importaba cuando tenía la cabeza en otro lado, en otras personas.
Debí haber puesto más empeño en convencer a Cait o, como Liam sugirió, haberla dormido con clofomormo para que no hubiese llegado a la cita o encerrarla en su casa, como sugirió Louis.
Pero no había hecho nada de eso, así que Cait y Drake se verían hoy en privado y yo estaría sola, mientras que los chicos estarían por ahí, de diversión. Y yo sin saber nada de Niall. Le escribí algo antes de darle el móvil a mi padre y, aunque se lo había pedido dos mil veces a este para mirarlo, no me había respondido, cosa rara en Niall.
Mi padre y yo estábamos posando en el photocall y, como este era bastante largo, se extendía hasta la entrada del recinto donde tendría lugar la gala y la cena después de esta, había gente por delante y atrás de nosotros y teníamos que esperar para avanzar.
Miraba distraída de aquí para allá, observando qué gente había venido, por si por algún casual conocía a alguien y entonces no tendría que estar sola toda la noche, cuando reparé en un grupo de chicos que conocía bastante bien.
Zayn cruzó una mirada conmigo y después le dio un codazo a Niall, que le miró y Zayn le señaló con la cabeza hacia donde yo estaba. Niall le siguió la mirada y reparó en mí, poniendo una cara de sorpresa total.
Oh, no.
Miré a mi padre, que en ese momento estaba distraído, mirando hacia el lado contrario.
Ahora estábamos los tres, él, mi padre y yo, en el mismo sitio, juntos.
¿Y todos mis esfuerzos por esconderle habían sido en vano? ¿Esto iba a acabar así, aquí, en este sitio, de esta manera?
Negué con la cabeza, diciéndole que ni se le ocurriera acercarse y él asintió, dándome a entender que me había entendido.
-¿Esos no son los chicos del cd que te regalé?
Oh, no, papá.
OH NO.
-Emm... Sí. Eso creo, vamos.
-¿Quieres conocerlos?
-Creí que pensabas que los músicos eran malas influencias y que perdían su vida en la música.
-Y lo pienso pero vas a hablar con ellos, no a casarte, tampoco es para tanto...
-Ah.
-Vamos.
Le seguí mientras pensaba "Tierra, trágate a mi padre".
¿Qué íbamos a hacer? ¿Cómo iba a llevar esto? ¡Íbamos directos hacia ellos! Adiós a todo.
Ellos hablaban entre ellos cuando nos acercamos y dejaron de hacerlo cuando llegaron a nuestra altura.
Yo miraba hacia todos los lados menos a ellos, mi padre lo achacó a que estaba nerviosa y porque él pensaba que era algo tímida, pero nada más alejado de la realidad.
Mi padre comenzó la conversación presentándose y después presentándome a mí como una gran fan de ellos.
Harry y Zayn a duras penas podían contener la risa y lo disimulaban como podían.
Extendí la mano, formal.
-Un placer conoceros al fin después de tanto escuchar únicamente vuestras voces.
Harry se dio al vuelta fingiendo toser, pero se partía de risa, igual que Zayn, que le imitó.
Niall me cogió la mano y, en vez de estrecharla, se la llevó a los labios y la besó.
-El placer es nuestro, señorita-dijo, diciendo la última palabra en español.
Todos repitieron el mismo gesto de Niall y, cuando nos fuimos, mi padre comentó con sorpresa que eran unos chicos muy educados, para dedicarse a la música.
-Papá, lo creas o no, los músicos son personas, como tú y y como yo.
Entramos en un recinto parecido a un enorme teatro y tuve que sentarme con mi padre y gente que no conocía y que tampoco tenía intención de hacerlo.
Pasaba el tiempo y veíamos cómo cada persona que había venido, o, al menos, aquella que quería compartir con los demás lo que había hecho para estar en aquella gala.
-Recuérdame qué tengo que decir-le dije a mi padre.
-Ya lo sabes, donamos dinero para crear escuelas en los barrios más pobres de nuestro país.
-Ah, sí, sí. Cierto.
Los chicos salieron y, mientras el cuerdo de Liam hablaba, los demás estaban por detrás, Niall y Zayn empujándose, Harry riéndose de ellos y Louis haciéndole, cuál niño pequeño, con la mano los cuernos a Liam tras la cabeza.
Cuando me tocó salir a mí, no quería.
-¿Y por qué tengo que ir yo, papá? La gente te quiere a ti.
-Tú eres más guapa que yo y les gustarás más.
-Eso dices porque quieres escurrir el bulto.
Me dirigí con aire aburrido al escenario.
No quería hablar delante de tantas personas yo sola ahí arriba y, además, para rizar el rizo, los chicos estaban entre ellas, lo que contribuiría a ponerme nerviosa.
Subí y empecé a hablar, tratando de localizar a los chicos y, cuando lo hice, el panorama era bastante divertido.
Estaban en la segunda fila.
Niall y Harry se empujaban y ponían caras la mar de raras, Zayn parecía que se había tomado algo y se retorcía en la silla sin control (más tarde me contaría que todo fue culpa del energy juice), mientras Liam trataba de detenerlo y poner paz entre Harry y Niall y Louis dirigía todo ese descontrol cual director de orquesta sin batuta, movimiento los brazos.
-Sabemos lo importante que es la educación de jajajajajaja, digo, de todos los niños y niñas por lo que jajajajajajaja. Perdón. Hemos contribuido a la creación de escuelas públicas para que JAJAJAJAJAJAJA.
Me dio un ataque de risa en pleno escenario cuando Liam desistió en su empeño de poner paz en un mundo dominado por la locura y se puso a retorcerse en la silla de al lado de Zayn y, como a todos les dio envidia, se retorcieron también sin control, mientras Louis les dirigía sabiamente con sus movimientos de brazos.
Como no podía parar de reírme, decidí bajar del escenario y reunirme con mi padre.
Mañana seguramente la crítica y las noticias me matarían por eso, pero, ¿y qué? Había sido muy divertido y la tripa me dolía de tanto reírme.
-¿Se puede saber qué te ha pasado?-dijo mi padre, cuando volví junto a él y me senté, dándome aire con la mano.
-Los nervios, que me han jugado una mala pasada.
-Llevas haciendo esto toda tu vida y, ¿ahora tienes nervios?
Me encogí de hombros.
Cuando acabó la gala, que se me hizo bastante pesada, nos dirigimos todos a la cena, ofrecida allí también. Después seguro que habría un cóctel de esos tan típicos y allí quizá pudiera escaparme un rato para ir con los chicos.
Sentada a la mesa con mi padre y la misma gente desconocida de antes, le pedí a este el teléfono.
"¿Dónde estás?", tenía escrito.
Oh, Niall se interesaba por mi paradero.
"Perdida en un océano sin fin de mesas y gente que no me comprende y no tienen intención de hacerlo. ¿Y tú?"
"También :( Y me da miedo."
"¿Miedo? ¡Pero si tú estás en tu salsa! Verás cuando traigan la comida como se te quita ese miedo que dices que tienes".
"Ah, pues es cierto. No sé dónde estás, así que voy a mandar a 007 Bradford Boy a que te localice"
"¿Y ese quién es?"
"Zayn. Es el mejor agente secreto que nos podemos permitir"
Reí.
"Vale, venga. Estaré atenta por si le veo."
"Vale, allá va. Por cierto, ¿qué tenía tanta gracia en el escenario? ¿De qué te reías tanto?"
"¡Pues de vosotros, maldita sea! JAJAJAJAJA ¿Cómo os ponéis a hacer el tonto así cuando yo iba a hablar?"
"No puedes culparnos, somos así siempre. Ya nos conoces. Aquí, rodeados de cámaras y gente, no íbamos a ser menos. Es nuestra naturaleza".
Levanté la cabeza, buscando a Zayn y le vi, a bastantes mesas de distancia.
Aprovechando que mi padre no miraba, le di con la mano y él me vio.
"Menudo agente que está hecho Zayn. Le he encontrado yo a él antes que él a mí."
"Bueno, lo importante es que sabemos dónde estás. Lejos. Bastante".
"Pero luego nos veremos, cuando acabe la cena".
"Creo que es la primera vez que quiero, con tantas ganas, acabar de comer".
No me equivoqué y, cuando acabó la cena, había preparado un cóctel en otra sala, donde sonaba música y la gente estaba extendida por ella.
Aprovechando que mi padre hablaba muy animadamente con la gente, me escabullí para buscar a los chicos.
Por supuesto, había algunos chicos y chicas de mi edad, hijos, como yo, de gente con dinero, pero no iba a juntarme, ni mucho menos hablar siquiera con ellos. Esta gente era igual que los de mi instituto. Drakes y Alices.
Busqué desesperadamente por la sala, pero al único que encontré fue a Harry, que hablaba con dos chicas a las que había visto antes y taché de Alices. Ibas bien Harry, ibas bien.
-¡Bu!-me dijo Niall, tras de mí, asustándome.
Me giré.
-¡Qué susto, Niall!
-Esa era mi intención. ¿Qué? ¿Qué haces aquí, sola?
-Te buscaba.
-¿A mi?
-A ti. Pero no aparecías por ningún lado.
-Yo también te buscaba, quizá buscábamos cada uno por un lado.
-Entonces imposible encontrarnos.
Reímos.
-¿Bailas?-me preguntó.
-Pero si nadie está bailando-dije, observando a los demás.
-Bueno, ya verás como cuando empezemos nosotros, los demás nos copiarán.
-¿Tú crees?
-Siempre es igual.
Me tomó del brazo y me llevó hasta más o menos, el centro de la sala.
-¿Y si mi padre...?
-Acabamos de conocernos, ¿recuerdas? Era un gusto para ti conocernos después de solo oír nuestras voces. Sólo estoy tratando de conocer algo más a esa chica que es "una gran fan nuestra". Palabras textuales de tu padre.
Reí.
-Tienes razón.
-La mayoría de las veces, sí.
Entrelacé mi mano con la suya y su brazo pasó por mi cintura, atrayéndome hacia él.
-Ven aquí, que no muerdo. Pero porque ya comí.
Aquello me hizo reír y él rió también.
Yo puse el brazo que me quedaba libre tras su espalda y comenzamos a bailar.
Ninguno de los dos sabíamos bailar así, la música no era la más indicada para ese tipo de baile y la gente nos miraba. ¿Nos importaba? No.
Como él había predicho, a la gente le dio envidia, algo bastante común entre el tipo de gente que se encontraba allí esa noche y, aunque como dije, la música no era de ese tipo, bailaron como nosotros.
Reí.
-¿Cuál es el chiste?
-No lo hay, es que todo lo que he hecho para ocultarte y ahora estamos bailando delante de mi padre, inocente de él, no sabe nada.
-Por un momento, pensé que ibas a contarme un chiste de verdad.
-Lo siento, no me sé ninguno.
-Y yo los que me sé son de Harry, tan malos que, si te contara alguno, me dejarías aquí tirado, bailando solo.
-¡No haría eso!-dije, riendo.
-Ah, ríes porque sabes que lo harías-dijo, asintiendo con la cabeza.
-No es cierto. ¿Por qué no me contaste que ibas a estar aquí?
-¿Por qué no me lo dijiste tú?
-Yo lo supe esta misma tarde.
-Yo no sabía que vendrías y esto no era nada importante.
-Yo confíaba en que hubiérais impedido, de alguna manera, la locura de Cait.
-¿Sabes algo de ella?
Negué con la cabeza.
-No. Supongo que estarán juntos en... No sé. No sé nada y si me pongo a pensar, me pongo peor. Espero por el amor de Dios que no haga ninguna tontería.
-No la hará, ya lo verás. Confía en ella.
-Si yo confío en ella, en quién no confío es en Drake.
-No te tortures más por eso. Has hecho todo lo que estaba en tu mano para impedirlo, ya has cumplido tu parte.
-Bueno, ahora lo que está en mi mano es la tuya.
-Ah, cierto. Mira a Zayn, hablando con el de la música.
-¿Qué hace?
-Querrá ver si le dejan hacer de Dj. Es otra de las identidades de Zayn, aparte de la agente secreto. Es Dj Malik.
Reí bastante con aquello.
-Ah, y por cierto, ¿hablaste con Connor? Vi que te estaba esperando en la puerta.
-Ah, sí, sí. Me preguntó que si estábamos juntos.
-¿Tú y yo?
-Sí, claro. Le dije que no y entonces me insistió para quedar.
-Ese tiene celos de mí.
-Sí, diría yo que sí y ese chico de ahí, también. No para de mirarnos.
En realidad, quizá nos había mirado un par de veces, pero bueno.
Niall rió.
-¿Y has quedado con él?
-No. Dije que le llamaría, pero no tengo muchas ganas. Estando tú, ¿para qué le voy a llamar a él?
-Suéltame Chris, la mano un momento, para que pueda secarme los ojos que si no lloro y...
-¡Tonto!
Rió.
-Ahora tu padre ya me conoce. No tienes de qué tener miedo. ¿Puedo acercarme a ti ya?
-Estamos cuerpo con cuerpo. Cerca de mí ya estás.
Sonrió.
-Sabes que no me refiero a eso.
-Lo sé.
-Quiero saber si tengo que dejar de esconderme ya. Para él, nos hemos conocido esta noche y sabrá lo que pase a continuación, no lo que pasó atrás. Y si no le pareciera bien que estuviera contigo, ya habría venido a separarnos, ¿no crees?
Lo pensé por un momento.
-Tienes razón, Niall. Ya basta de esconderte.
Y lo que parecía tan fácil como abandonar la mentira y dejar paso a la verdad se convertiría en algo mucho más complicado. No sólo mi padre no lo aceptaría, sino que tendría apoyos que le ayudarían en su misión de apartarme de Niall.
Y lo conseguiría, para disgusto de ambos.


¡Hola! Soy @Cris_Jbieber (Cris Vila Jb en Tuenti). Lamento mucho el retraso, de verdad, pero es que que tengo 4 (¿o ya son 5 novelas? :/) y entre los exámenes y demás, estoy que no puedo y, para colmo, esta no está siendo de mis mejores épocas. En fin... Para compensaros un capítulo bastante largo (:
Gracias por todo.
Cris Bieber Horan Styles.




viernes, 2 de noviembre de 2012

Capítulo 10


Abrí los ojos, despacio, intentando acostumbrarme a la claridad que entraba por la ventana.
Lo primero que vi fue el cuello de Niall y el perfil izquierdo de la cara de este.
Caí entonces en la cuenta de que tenía la cabeza sobre su hombro.
Me incorporé, quedándome sentada y me pasé una mano por el pelo, frunciendo el ceño al notar que este, cómo no, estaba enredado.
Miré el reloj y vi que, si quería llevarle a tiempo, tendría que levantarme ya, así que, con cuidado, quise pasarle por encima, para ir a prepararme, pero sin querer despertarlo.
Pasé el brazo y la pierna derecha por encima suya, aguantando la respiración instintivamente ante la gran concentración que estaba haciendo y, cuando iba a pasar el resto del cuerpo por encima y ya me estaba apuntando un tanto mental mientras sonreía por mi destreza como ninja, cuando él abrió los ojos, me atrapó y rodó hasta colocarse encima de mí, inmovilizándome los brazos como aquella tarde en el parque.
-Buenos días, sinsajo.
-¿Es así cómo tú das normalmente los buenos días?
Hizo una mueca con la boca.
-Mm, a ti sí.
-Jo, me habías hecho creer que no te había despertado...
-Llevaba despierto un rato ya.
-¿Y por qué no me despertartes?
-Porque Shannon no me dejó. ¿Verdad?-dijo, mirándola.
Esta levantó la cabeza, mirándole y movió la cola.
Ambos la miramos y aproveché esa distracción para hacer la misma llave que le hice aquel día, y acabamos igual.
-Esto no es justo.
-Nadie dijo que lo fuera, panadero.
Le di un beso en la mejilla y me bajé de la cama antes de que le diera tiempo a atraparme de nuevo.
Abrí el vestuario, buscando qué ponerme.
-¿Tanta ropa? ¿Te la has puesto toda?-dijo, metiendo la cabeza dentro.
-No, hay cosas aún por estrenar.
-Puff. Entro aquí dentro y me pierdo, seguro.
Le sonreí.
-Me cambio, desayunamos y nos vamos, ¿vale?
-No, tengo sueño...-dijo, tumbándose de nuevo en mi cama.
-Ya te dije que te durmieras pronto.
Me gruñó, aunque acabó riéndose.
Tardé unos escasos minutos en prepararme y, cuando él estuvo listo y la cama hecha, bajamos abajo, donde Casey estaba.
Esta mujer nunca se iba de mi casa.
Nos miraba raro, pero aún así nos dio de desayunar.
Después nos dirigimos al coche.
-¿Qué tal estarían los chicos esta noche sin ti?-pregunté, mientras salíamos del garaje.
-Pues vete a saber. No dormirían nada, hablando y hablando de nosotros dos.
-Pues perdona que te diga, qué pena de vida si llegan a hacer eso.
Rió.
Mientras comentábamos cuál podría ser la siguiente película que podríamos ver, llegamos.
No paraba de bostezar y yo me reía, recordándole siempre que ya le había avisado que se durmiera pronto.
Cuando llegamos con los demás, les saludamos y se tumbó en el sillón. Para ello, empujó a Zayn, tirándolo al suelo.
-¿Qué te pasa, Niall?-le preguntó Liam.
-Tengo sueño.
-¿Y eso?
-Anoche tardé en dormirme.
Me miraron.
-¿Qué? Os juro que no tuvo nada que ver conmigo.
-Ya, claro, a ver qué nos vas a decir...
-Oye Harry por qué no te vas un poquito por ahí a que te dé el aire y se te despejan las ideas.
-Mejor ve tú, Niall, que así quizá no te duermas.
-Oh, cállate.
Liam sugirió que se tomase un café y al final todos, envidiosos ellos, quisieron otro, por lo que Liam mismo fue a avisar al chico que los traía.
Le estaba hablando por el chat del móvil a Marta, diciéndole qué tal, aprovechando que acabaría de terminar una de las clases, cuando el chico apareció, haciendo malabares con los cafés.
Cuando levanté la vista y le miré, me quedé totalmente en shock.
-¿Connor?-dije, levantándome del sillón.
-¿Christine?
Asentí con la cabeza fervientemente.
Él le pasó la bandeja de los cafés a Harry sin mirarle, que nos miraba, al igual que todos (menos Niall) con curiosidad y avanzó hacia mí, para abrazarme.
¡No podía creerlo! ¡Después de tanto tiempo...! ¡Encontrarmelo así y aquí! ¡Le creí perdido para siempre!
-¿Quién es ese?-le susurró Harry a Niall por lo bajo.
-Su ex-dijo, mirando al suelo.
Harry le miró.
-Uhhhh, Niall.
-Cállate.
Me aparté de Connor y le examiné.
Apenas había cambiado algo, estaba prácticamente tal y como le recordaba. Quizá la cara le hubiera cambiado un poco, parecía más maduro, pero por lo demás, era el mismo.
Abrí la boca para preguntar las preguntas que habían rondando por mi cabeza desde que se fue, pero nada más que salían balbuceos sin orden ni coherencia.
-Creo que te debo alguna que otra explicación.
-Sí, creo que sí.
¡Incluso la voz era la misma! Era como si el tiempo no hubiera pasado, como si él nunca se hubiera ido.
Me cogió del brazo para guiarme hacia fuera.
-Me voy. Cualquier cosa, llámame luego, ¿vale, Niall?
-Sí, claro.
Sin embargo, no me miró al contestarme.
¿Le pasaría algo?
Me despedí de los chicos y me dejé arrastrar por Connor por los pasillos, en dirección al aparcamiento.
Me sentí igual que la primera vez que nos vimos, cuando andaba perdida y sin rumbo por los pasillos de aquel instituto, el suyo y él luego me guió de la misma manera.
Hice ademán de andar hacia mi coche, pero él me detuvo.
-No creas que me he olvidado de lo que te gustaba ir conmigo en moto. ¿Por los viejos tiempos?
Le seguí la mirada y casi me caigo al ver la moto.
¡Era la misma! 
Había montado cientos de veces en aquella moto, tras Connor.
Vi a Paul en la puerta, hablando con alguien y le di las llaves del coche, diciéndole que se las diera a Niall y que se lo llevara él, ya que de todas formas, como yo le traje, en el otro coche no cabía y seguramente se llevaría a otros dos con él.
Montó.
-¿Sabes? Estás igual que cuando me fui. Bueno no, miento. Ahora eres aún más guapa, si cabe.
-Oh, Connor, ya te dije que no me gustaban las mentiras.
-Recuerda como decía yo que no mentía.
Sonriendo, monté tras él y le rodeé la cintura con los brazos, para no caerme.
Ya había olvidado lo que era dejar que el pelo volara a su antojo y esa sensación de libertad que siempre tenía cuando montaba con él.
Me parecía que estaba viviendo un sueño, esto no podía ser cierto.
Connor no podía haber vuelto.
Pero así era, como podía comprobar abrazándole más fuerte.
Él de verdad estaba ahí.
Se detuvo en un bar donde solíamos ir siempre.
Él siempre comentaba que era horrible, pero a mí me gustaba y él lo decía para molestarme.
Este lugar no había cambiado nada y hacía tiempo que yo no iba por allí, desde que él se fue, aunque no estaba lejos de mi casa. Simplemente, no quise volver sin Connor.
Nos sentamos en una mesa, pedimos algo y le miré, exigiéndole con la mirada todas las explicaciones que no había tenido hace años.
-Sé que, aunque me has recibido alegramente, estás enfadada conmigo...
-Desapareciste. Ni una nota. Ni una llamada. Si aún no te he cruzado la cara es porque aún no me he hecho a la idea de que verdaderamente estás aquí.
Suspiró.
-Lo sé y lo siento. Todo fue por tu padre.
-Mi padre no podía impedirte llamarme desde dónde estuvieras ni enviarme una carta o lo que fuera. Quién se fue fuiste tú, no yo.
Me miró con sorpresa.
-¿Me estás diciendo que ninguna de las cartas que te envié te llegaron?
-¿Acaso me escribiste?
-Lo hice. Pude enviarte fácilmente más de cien cartas. De ninguna tuve respuesta y di por hecho que ya no querías saber de mí. Primero, cuando mi abuela y yo nos mudamos, intenté llamarte, pero tu padre me bloqueó la línea. Entonces pasé a las cartas. Supongo que él las tiene o se desharía de ellas. Entonces, vine a verte varias veces. Antes de que pudiera llegar a la puerta, Jerry ya estaba en ella. Once veces vine y once veces me echó.
Yo procesaba toda la información que me estaba diciendo.
Él de verdad había puesto empeño en volver a retomar el contacto y yo mientras en mi casa, odiándole tanto a él, por desaparecer tanto a mi padre por obligarle a ello.
-¿Y tu abuela?-pregunté.
-Murió. Yo vendí el piso de allí y me vine aquí, a buscarte. A encontrar la manera de burlar la estúpida seguridad de tu padre. ¿Por qué crees que Jerry siempre te acompaña a dónde quiera que vas?
-Creí que lo hacía porque temía que me pasase algo, que me secuestraran o no sé...
-En parte, es así. Pero por otra es para asegurarse de que no me vieras por ahí.
-Pero últimamente me ha dejado ir sola a varios sitios. Ayer, sin ir más lejos, me dejó ir por mi cuenta al instituto.
-¿Todavía sigues en ese instituto de pijos sin cerebro?-dijo, sonriendo.
-Sí, y se supone que debería estar ahí ahora... No veo el día de escapar de allí. Pero entonces, si no quería que te viera, ¿por qué me deja ir más sola?
-Porque hace como cosa de un año que no venía y supongo que pensó que no volvería más. Se equivocó.
-¿Cómo sabías que estaba allí, con los chicos?
-No lo sabía, simplemente busqué el primer trabajo que pude encontrar, fue de chico de los cafés y, bueno, ahí me ves. No cobro mucho, pero al menos te he encontrado.
Le sonreí y negué con la cabeza.
-Aún no puedo creerme que hayas vuelto. Es... Demasiado íncreible. Y que hayas hecho todo lo que has hecho por encontrarme.
-Creo que me merezco un abrazo por eso.
Le abracé.
-Te mereces mucho más que eso.
Seguimos hablando durante mucho más rato, contándonos todo tipo de cosas. Él me habló de su vida allí, lejos de mí y yo en cambio le conté lo sucedido durante su ausencia, que las cosas con mi padre seguían igual y lo más destacable de todo.
Niall.
-Ah, sí, el rubito...
-Sí.
-Alguna que otra vez le he oído hablar de ti con los otros.
-¿De verdad?
-Claro. Recuerda que soy el chico de los cafés, algo así como un espía ninja.
-No me hables de ninjas, anda...-dije, riendo, recordando lo sucedido esta mañana.
Seguimos hablando hasta que me sonó el móvil.
Lo saqué del bolsillo y vi que era Niall.
-¿Quién es?-dijo Connor, intentando mirar la pantalla.
-El rubito, como tú dices.
Me llevé el teléfono a la oreja.
-¿Si?
-¡Sinsajo!
-Hola, irlandés.
Oí que reía.
-¿Dónde estás?
-Estoy en un bar, hablando con Connor.
-Oh.
-¿Por qué?
-Oh, por nada, era porque aquí ya habíamos acabado y digo "¿Y yo ahora qué hago?" y como tengo tu coche, pues digo "La paso a buscar donde esté" y me ayuda a hacer la comida en casa, mientras que estos van a buscar a sus queridas amigas al instituto. Harry es muy pesado con tus amigas.
-Supongo que él pensará lo mismo en lo que a mí se refiere. Pero bueno, está bien. Si quieres te digo la dirección.
-¡Di, di! Estaré allí en menos que pía un sinsajo.
-Los sinsajos no pían, Niall.
-Sí, sí, venga, dime la dirección.
Le dije dónde estaba, me despedí y colgué.
-¿Va a venir a recogerte?
-Ajá-dije, guardando el móvil en el bolsillo.
-¿Tiene miedo de que te haga algo?
-No, pero digamos que motivos para pensar eso no le faltan.
Y le conté lo de Drake.
-Me acuerdo de ese. Cuando te iba a buscar a la salida, siempre estaba allí, rodeado de chicas y con una cara de superioridad más grande que un muro.
-Ese es.
-Me parece íncreible que te haya hecho lo que me has contando.
-Ya, pero es así.
-Tuve que haber venido antes, tuve que haber puesto más empeño en encontrarte. Así, eso no hubiera pasado. Es culpa mía.
-¡Oh, no!-dije, cogiéndole la mano que tenía encima de la mesa.-La culpa no es para nada tuya.
-Cierto. Es tuya por ser tan condenamente atractiva.
-¡Mentiroso!-dije, soltándole la mano, mientras reía.
Vi entonces por el cristal de la ventana, mi coche.
-Niall está aquí ya.
Insistió en que él me invitaba, a sabiendas que para mí pagar esto no supondría nada.
Salimos afuera y Niall estaba allí, apoyado en el coche, con las manos en los bolsillos.
Connor me rodeó con sus brazos, en lo que yo creí que era un abrazo, pero que me sorprendió cuando, después de años separados, juntó sus labios con los míos.
Miré de reojo a Niall, el cuál miraba el suelo.
Le aparté de mí.
-¡No hagas eso!
Sonrió y me revolvió el pelo.
-Ya nos veremos tú y yo.
Y se dirigió a la moto.
Se marchó con ella y yo me dirigí hacia Niall.
-Niall, yo... Él fue y yo no...
-No tienes que darme explicaciones. ¿Nos vamos?
Suspiré y me subí al coche.
Él conducía.
-Niall, de verdad. Fue él.
-Ya, ya lo vi, tranquila.
Silencio.
-¿Y no vas a decir nada?
-¿Y qué quieres que diga?
-Nada. No sé.
-¿Ya lo habéis hablado todo?
-Sí. Ya me explicó por qué no pudo ponerse en contacto conmigo.
-Sorpréndeme.
-Mi padre.
-Arg, te dije que me sorprendieras.
-Y eso, me estuvo contando que su abuela murió y vendió su piso para venirse aquí y encontrarme.
Suspiró.
-Me hablaste de Drake y lo conocía. Me hablaste de Connor y resulta que trabaja conmigo. ¿Alguien más de mi entorno que conozcas?
Sonreí.
-No, creo que no.
Llegamos a su casa y aparcó.
Cuando bajamos del coche, le abracé.
Algo le pasaba, no me lo iba a negar.
Sobre todo porque cuando me pasó el brazo por los hombros para abrazarme, lo hizo sin la fuerza habitual que le caracterizaba. Lo hizo casi con desgana.
Al principio, mientras le ayudaba a cocinar, no decía nada, pero luego, ya empezó a hablar y a reírse y a ser el de siempre.
Yo pensé que sería por lo de que estaba cansado, que tenía sueño y eso.
Oí la puerta de la calle cerrarse.
-¡Huele bien!
-¿Te gusta como huele? ¡Qué bien Harry! Porque tú sólo lo vas a poder oler. Nah, es broma. 
Corrí hacia mis amigas.
-Os tengo que contar algo.
-Connor.
-¿Cómo...?-dije, mirándolas extrañas.
-Ya os han contado algo por ahí.
-Bueno, no sabéis todos los detalles.
Mientras los demás ponían la mesa y terminaban de preparar la comida, yo les conté a ellas y a Ash y Sam todo lo que había pasado con Connor.
-Y luego no sé qué le pasó que, cuando iba a subirme al coche con Niall, me besó. ¡Así, sin más! Pero, ¿no comprende que ha pasado demasiado tiempo?
-Uhh ¿y Niall lo vio?
-Sí.
-¿Y qué dijo?
-Nada, no sé...
Después de comer, ya entrada la tarde, Ash y Sam insistieron en ir al centro comercial.
-Jo, que rollo...
-¡Louis William Tomlinson! ¿Hace cuánto que no me llevas de compras?-dijo Ash.
Puso los ojos en blanco.
-Vale, tú ganas...
De nuevo, llevé a casa a mis amigas para que pudieran cambiarse y dejar las mochilas, porque no eran plan de ir por el centro comercial con el uniforme.
-¿Niall vienes conmigo a dejarlas en casa?
-¡Voy!
Y ahora estábamos esperando los en el coche, a que ellas dos vinieran.
-¿Sabes, Niall?
-¿Mm?
-Ha sido muy raro encontrarme a Connor hoy. No sé... Hay algo que no ha terminado de olerme bien. Ha sido como muy de película. Y la historia que me ha contando también. No niego que algunas veces eso pueda pasar, pero... No sé.
-¿Qué piensas?
-¿Y si mi padre le hubiera dejado vuelto a acercarse a mí para... Para alejarme de ti?
-Podría ser. Pero les deseo buena suerte entonces.
Reí y me miré las manos, puestas en el volante.
-Sí, además, puede que haya vuelto... Pero le noto distinto, no sé. Algo ha cambiado. Me dijo que te oyó hablar de mí con los demás.
-Ah, que encima me espía.
-Eso parece. Y te llama "el rubito".
-Qué poca vergüenza, de verdad.
Reí de nuevo y entonces mis amigas entraron el coche.
Marchamos hacia la entrada del centro comercial, donde habíamos quedado con los demás y nos reunímos con ellos.
Dejamos que Ash mirara a su antojo mientras Niall y yo les enseñábamos a los demás la tienda donde nos conocimos y Zayn le echó una foto.
Cuando ella volvió, no llevaba ninguna bolsa.
-Nada me acaba de convencer-dijo, aclarándonos el misterio y Louis tan feliz porque no tendría que cargar con ninguna bolsa.
Pasamos por la puerta de los cines y Liam y Harry dijeron que hacía como dos siglos y medio (todos dudamos de que hubieran vivido tanto) que no iban al cine y se empeñaron en ir.
A nosotras nos daba igual y les dejamos elegir la película.
Niall y yo vimos un cartel de Los Juegos del Hambre olvidado de quitar y nos reímos.
Los demás se nos quedaron mirando con cara rara, esperando que les contaráramos el chiste, pero se quedaron con las ganas.
Echamos un vistazo a la cartelera y la que mejor pinta tenía era una de zombis, clásico que nunca moría.
Mientras íbamos a la sala, cargados con las palomitas y demás, comenté que personalmente los zombis me daban miedo.
-Como luego no pueda dormir del miedo, veréis.
-Pues te dejamos a Niall otra vez, no pasa nada.
-Gracias Harry.
-¡Eh!-dijo el aludido.
Prácticamente estábamos solos en la sala, quitando a una pareja en los primeros asientos que no hacían más que comerse la boca y otros adolescentes, sentados arriba del todo.
Ash y Sam se sentaron juntas, con Louis y Liam, seguido de Zayn, después Marta, después Cait y yo quedé entre Harry y Niall.
 Comentamos que esos de delante nos molestaban haciendo lo que hacían y Louis se puso a tirarles palomitas hasta que nos miraron con odio y se sintieron interrumpidos.
Niall y yo nos pusimos a cuchichear.
-Eh, vosotros dos, no hagáis nada raro cuando apaguen las luces.-nos dijo Harry.
Niall y yo empezamos a pegarle.
-¡Qué lo vais a matar!-dijo Cait, pegándonos a nosotros.
-¿Pero tú de qué lado estás?-dije.
-¡Del que me convenga!
-Mis amigas me traicionan-dije, fingiendo echarme a llorar sobre Niall.
-Mis amigos también a mí. Estamos en empate.
Empezó la película.
Un grupo de adolescentes se van de fiesta y, en medio de esta, se desata el caos cuando uno de los invitados resulta ser un zombi.
Harry había estado todo el rato diciendo que no le iba a dar miedo, pero cada vez que le miraba o se tapaba los ojos con las manos, o metía la cabeza en el bolso de Cait e, incluso, llegó a quitarme la caja de palomitas vacía para meter la cabeza dentro cuando una manada de zombis se empezó a comer a una pobre niña que desobedeció a su madre (la madre dijo que no se agachara a recoger el peluche que se le cayó).
Louis hacía el tonto y se abrazaba muerto de miedo a Ash, que le daba palmaditas en la espalda para consolarlo, Liam decía que con cucharas esas cosas no pasarían, Marta y Cait gritaban de vez en cuando y Niall y yo comíamos palomitas y, si especialmente salía algo desagradable, como cuando se comieron a la pobre niña, despedazándola o salía un zombi muy feo, me abrazaba a su brazo y escondía la cabeza tras él.
-¡Dile que se vaya, Niall que me da miedo!
-¡Fuera, tú! Ya se fue.
Nos reímos los dos.
Cuando acabó la película, salimos de allí Harry y yo blancos de miedo y los demás riéndose.
-¡Eh! ¿Quiénes somos?
Él y yo, que íbamos delante maldiciendo al director de la película, nos giramos y les vimos a todos caminando cuales zombis.
-Sois idiotas.-dijo.
-Pero vamos.
Entonces, alguien me subió al hombro.
-Mirad a quién me he encontrado aquí...
-¡Connor! ¡Bájame!
Le oí reírse.
-Siempre igual, eso tampoco ha cambiado.
Me dejó en el suelo y vi que estaba con un par de chicos más, que supuse serían amigos y una chica, novia de alguno.
-¡Pero si son Caitlin y Marta! ¡Cuánto tiempo!
Se acercó a saludar a mis amigas mientras sus amigos me miraban con interés.
-Ah, sí, se me olvidó. Ella es la razón por la que volví.
Sonreí y miré al suelo.
Acabamos todos cenando en un McDonald´s de allí.
Los amigos de Connor se fueron, él dijo que ya estaba en buena compañía y que se verían mañana. Estos no dijeron nada, simplemente sonrieron y se fueron.
Yo no pedí nada, con lo que había comido en el cine había tenido suficiente, sin embargo Niall, fiel a su palabra, dijo que comiera algo y estuve picoteando alguna de sus patatas.
Ese mismo Niall que, desde que Connor se había acoplado al grupo, se había puesto a hablar con Cait como si los demás y el mundo ajeno a ellos, no existiera.
Le miraba, pero no me devolvía la mirada.
Connor estuvo hablando con los demás, con los que pronto hizo buenas migas y con el brazo apoyado sobre mis hombros.
De vez en cuando yo levantaba los hombros, haciendo notar que el brazo ahí me molestaba, pero si se dio cuenta, no lo quitó.
Después, insistió en llevarme a casa.
-Oh, no, Connor. Otro día.
-Como quieras.
Me besó en la mejilla (ya que aparté los labios a tiempo) y se fue, en su moto.
Nos subimos a los coches.
Niall y Cait se sentaron detrás y yo les fui taladrando con la mirada por el retrovisor.
Me dolía eso, esa ignorancia, esa pasividad hacia mí.
¿Por qué?
¿Qué había hecho yo para merecer eso?
¿Había hecho algo mal? ¿Era por lo de Connor?
Aparqué el coche en la puerta.
-Chris, ¿me esperas aquí? Subo un momento y no tardo.
Me sorprendió que Niall dijera eso.
-Sí, claro.
Salimos del coche, nos despedimos de los demás y allí nos quedamos las tres esperando a que Niall volviera.
Me apoyé en el coche, mientras que de mis ojos salían chispas.
¿Qué quería? ¿Por qué tenía que esperarle? Osea, él pasaba de mí toda la noche y luego tenía que obedecerle. Pues no. Nada oc.
-¿Chris? ¿Te pasa algo?
Taladré a Cait con la mirada.
-Curioso que tú lo preguntes. 
Ella y Marta se miraron sin comprender.
-Es que simplemente no entiendo qué te ha dado con Niall esta noche. Tampoco lo veo normal.
-Que yo sepa, Niall no es nada tuyo.
Aquellas palabras me dolieron más que una patada en la boca. Y me dolió más el no saber por qué.
-Quizá, pero parece que te gusta lo que voy tocando. Primero Connor, luego Drake y ahora Niall. Pues todo muy oc, ¿no crees?
-¡Eso no es así! ¡De ninguna manera! ¡Chris estás diciendo cosas que no son normales! Para tu informaci...
-No, no, no intentes explicarme nada, ya me lo he explicado todo yo sola viéndoos hablar hoy a los dos.
-¿Ah, si? Mira, Chris, no sé lo que te pasa ni por qué dices esas cosas, pero si piensas que me gusta Niall y que de algún modo estoy tratándo de quitártelo estás muy equivocada. ¡Hemos estado todo el rato hablando de ti! Que si Chris esto, que si Chris lo otro...
-¿Qué?
-Lo que oyes.
Suspiré y le di una patada a una lata de algo que había cerca de mí.
-Siento lo que he dicho.
-Ya, claro. Da igual.
Abrí la boca para seguir disculpándome, pero Niall salió entonces del portal con una mochila al hombro.
-Siento si tardé. Harry se me tiró a las piernas, diciendo que no me fuera, que le daba miedo dormir solo. Al final, le dije que durmiera en mi cama con Zayn.
-Qué valiente es.-dijo Cait, abriendo la puerta y sentándose.
-¿Harry? Un valiente donde los haya.
Marta también se metió en el coche.
-¿Qué pretendes?-dije, sonriendo y señalando la mochila con la vista.
-Bueno, creo que antes dijiste que te daba miedo la película y, bueno, Harry dijo que...
-Sé lo que dijo Harry.
-Vale, esa es una excusa muy pobre para volver a irme contigo, pero no tenía otra.
-Para estar conmigo no te hacen falta excusas. Sube, anda.
-¡Bien! ¡Voy a dormir con Shannon otra vez!
-Ah, que es por eso.
-¿Eh? ¡Oh, no, no! 
Reí y nos metimos en el coche.
Dejé a mis amigas en casa y nos dirigimos a la mía.
-¿Ha pasado algo durante mi ausencia?
-¿Eh? 
-Cait y tú estábais raras.
-Ah, no, no... Todo estaba bien. Si Harry tenía miedo haberle dicho que se viniera también, le hubiéramos dejado el sillón a él.
-Uh, el rollo que te traes con Harry no me gusta mucho...
-Ni a mí el que te traes con Shannon y no digo nada. Así que chitón.
-Pero Shannon no ronca. Harry sí.
-¡Uy qué poco conoces a Shannon! Presta atención esta noche, verás como ronca.
-Ah, yo pensé que la  que roncaba esta noche eras tú.
-¡Será posible...!
Se echó a reír y me fue imposible no seguirle.
Shannon se puso muy contenta de ver a Niall y Jerry también.
-¡Hombre muchacho! Ya casi es costumbre verte por aquí. ¿Qué tal Paul?
-Pues bien, ahí sigue. Velando por mi vida.
-Gran hombre Paul.
Mientras subíamos a mi habitación Niall siguió sosteniendo la teoría de que Jerry estaba enamorado de Paul y yo reí.
Esa noche, ambos estábamos cansados, así que decidimos pasar de ver alguna película (básicamente porque tampoco habíamos sido capaces de dar con alguna que ver) y nos fuimos directamente a mi cama.
Shannon la potreó un rato, como ayer y luego ya se bajó a su alfombra.
Niall y yo hablamos durante un rato.
-Niall...
-¿Mm?
-He estado pensando... Y, aunque aún queda tiempo para que os vayáis, os acabaréis yendo, aquí permanentemente no podéis quedaros. ¿Qué pasará con todo esto entonces?
-¿Con todo esto?
-Sí, quiero decir, yo volveré al instituto, a mi rutina y tú seguirás viajando por el mundo y, ¿quién sabe? Quizá encuentres otra niña rica. Polaca, sueca, china o incluso irlandesa.
-Para mí no hay otro sinsajo que tú.
Le sonreí.
-Bueno es saberlo.
-Y conforme a tu pregunta... No lo sé. ¿Por qué piensas eso si aún no me he ido? Mientras esté, centrémonos en esto y, cuando vaya a irme, pensaremos en lo que hacemos.
-Si te vas, me voy con vosotros.
-No sabes lo que dices. En verdad no quieres irte con cinco chicos como nosotros por ahí.
-¡Oh, sí que quiero!
-Te volverías a los dos días, palabra.
-No haría eso-dije, sonriéndole.
Empecé a tocarle el pelo.
-Además, Sam y Ash van siempre con vosotros.
-Pero porque es su trabajo, aparte. Si quieren cobrar, no pueden abandonarnos.
-Bueno pues yo haría algo em... Seré vuestra cocinera.
-No sabes cocinar.
-Pues aprendería o... Puedo... Nada, no sé hacer nada. Soy una inútil.
-O puedes ser esa que siempre está ahí cuando necesite un abrazo y un beso en la mejilla. De esas no tenemos. Y no eres una inútil. Yo puedo encontrarte muchos usos.
Y yo el doble sentido a esa última frase tuya.
-¿Ah, si?
-Sabes tocar el piano y la guitarra, tienes buen criterio eligiendo películas, sabes escuchar, sabes cómo sacarme una sonrisa, saber cómo robarme la ropa...
-¿Eso son utilidades?
-Sí, ¿no? Oh, más bien son halagos...
Reí.
-Gracias por enseñarme a valorarme más.
Le di un beso en la mejilla, que alargué aposta.
-Y ahora a dormir, que mañana tienes sueño y estás cansado y me echan la culpa a mí.
Rió.
-Vale.
-Ahora mismo me estoy imaginando a Harry, tapado hasta la cabeza en tu cama, temblando de miedo. Ese no vuelve al cine con vosotros nunca más.
-Pues la culpa es suya, él eligió al final la película.
-¡Cierto!
-¿Y tú? ¿No eras la otra que tenía miedo?
-Y lo tengo.
-¿Conmigo aquí para protegerte?
-No es por mí por quién temo, sino precisamente por ti. No quiero que nadie te haga nada.
-Al final Shannon, acabo llorando por las cosas que me dice tu dueña. Ella no me quiere creer, pero lo acabaré haciendo.
-¡Serás tonto!-dije, empujándole.
-¡Y ahora me pega! ¿Te puedes creer? ¡Vengo a protegerla y de quién tengo que defenderme es de ella misma!
Nos echamos los dos a reír.
Tocándole el pelo (con qué pelos despertaría mañana) y hablando en susurros, me acabé durmiendo.
Connor había vuelto.
Lo que yo no sabía es que su vuelta no me traería nada bueno.
Con él, se juntaría tres factores que me complicarían mucho la vida, tanto, que llegaría a preguntarme si merecía seguir la pena seguir luchando por ella.
Y la respuesta me llegaría de modo inmediato.
Merecía la pena seguir por Niall.


Sí, ya sé que llevaba algo de tiempo sin subir. ¡Lo siento tanto! Pero ya sabéis. La vida es dura y ajetreada y aquí me encuentro yo, diciéndoslo como si no lo supiérais. Bueno, dejando eso aparte, aquí tenéis un nuevo capítulo, más o menos largo.
Gracias por vuestros comentarios y todo ese apoyo que me dais (:
@Cris_Jbieber