domingo, 30 de septiembre de 2012

Capítulo 8


Salimos del restaurante al que fuimos a cenar la primera vez que cenamos solos (bueno, solos no del todo, ya que los demás se presentaron después) y estuvimos dando una vuelta por el centro comercial.
Al pasar por la puerta de la tienda de ropa donde nos conocimos compartimos una mirada y sonreímos.
-¿Tienes alguna idea de lo que podemos hacer a continuación?-le pregunté.
-Mm, alguna idea que otra tengo, sí.
-Tú dirás.
-Quiero ir al parque donde fuimos cuando, bueno... Cuando huimos la primera vez.
-¡Oh, sí! Vamos.
En menos de diez minutos, ya estábamos atravesando las rejas del parque.
Pasamos al lado de la fuente en la que se sentó a descansar después de correr de mí, ya que le quería sacar una foto.
-¿Te acuerdas de la fuente?-dije, señalándosela.
-¿Cómo olvidarla? Aunque quisiera, no podría.
Reí y seguimos andando.
Pasamos al lado de unos niños que jugaban en unos columpios.
-Espera, quiero tirarme por el tobogán.
Me miró.
-No lo dirás en serio, ¿no?
Corría hacia el tobogán y empecé a subir por él.
Después, cuando estuve en lo más alto, me puse de pie y le saludé con la mano desde allí.
-Sí, sí que lo decía en serio, sí-dijo él, desde abajo, riendo y saludándome con la mano también.
-¡Qué me tiro, eh!
-¡Adelante!-dijo, poniéndose al final del tobogán.
Me tiré y, cuando llegué al suelo, pegué un salto y acabé aterrizando sobre él, que me atrapó en sus brazos.
-¿Adónde ibas volando sin alas, Chrispanilla?
-Pues... Si te soy sincera no sé adónde iba.
Rió y me soltó.
Le cogí del brazo y tiré de él.
-¡Vamos, tiráte tú también!
-Pero... Piensa en los niños. Ellos también quieren tirarse.
-Niall, si pensamos no actuamos. Ya se tirarán ellos.
Rió y se dejó arrastrar.
Subimos los dos al tobogán.
-Venga, tírate.-le dije.
-Me mataré.
Reí.
-Si yo no me maté, tú no lo harás.
-No te mataste porque yo te cogí.
-¡Anda ya! Vamos.
-Bueno, vale, pero como me mate, entiérrame en Irlanda.
Y se tiró, quedándose sentado al final.
Me tiré yo también y después un niño, una niña y dos niños gemelos, jugando todos al trenecito.
Nos fuimos del parque infantil riéndonos del tren que habíamos creado accidentalmente en el tobogán y nos tiramos en una explanada de césped, donde había más gente tumbada.
-¿Y recuerdas el niño ese que se te agarró al cuello y dijo "¡Quiero más trenecito chuuuuuu!"?-dije.
Rió, contagiándome la risa a mí y rodamos por el césped.
-Dios sí, me dio miedo, estaba loco y no sabía como quitármelo de encima.
-Por suerte vino su madre y se lo llevó.
-Gracias al cielo.
Estuvimos un rato hablando, usando mi bolso como almohada hasta que me sonó el teléfono y tuve que sacarlo de la bolsa.
-Es Cait.-dije, descolgando, llevándome el teléfono a la oreja y tumbándome de nuevo al lado de Niall.-¿Si?
-¿Cómo que si? ¿Se puede saber por qué te has ido así, eh? ¡Y sin dar ninguna explicación!
-Arg, Cait, lo siento de veras, pero es que ni te imaginas qué pasó...
Niall empezó a pasar sus dedos por mi brazo, apenas rozándolo y eso me hacía muchas cosquillas.
-Es que Drake me... JAJAJAJA Niall, para. Pues iba por el pasilJAJAJAJA ¡Niall! Lo que te decía, que me mandó Black a por unas fotocopJAJAJAJAJA ¡NIALL!-dije, pegándole en el brazo sin apenas fuerza y haciéndole reír.
-¿Niall está ahí contigo?
-Ah, sí, está aquí. Mira, escucha.
Le puse el móvil a Niall en la oreja.
-Niall, saluda.
-¡Hola!
Volví a ponérmelo en la oreja.
-¿Ves? Ahí está. Bueno, lo que te decía...
Y le conté lo sucedido con Drake.
-¿Ves, Cait, ves como no es un buen chico? Es mejor que te mantengas todo lo alejada que puedas de él.
-Mm, no sé, es que Drake...
-No Cait, no sabes no. Te estoy diciendo cómo es y tú no quieres verlo. Pero da igual, no me apetece discutir. ¿Tienes mi mochila?
-¡Ja! ¿Por qué clase de amigas me tomas? Por supuesto que tengo tu mochila. Mira mochila, saluda.
-No la oigo.
-Es que es tímida, pero bueno da igual. ¿Vas a venir luego por ella?
-Sí, luego me pasaré por ella.
-Bien, entonces luego te veo. ¿Vendrá Niall?
-Ah, no sé, espera que le pregunto. Niall, ¿vienes luego conmigo a casa de Cait por la mochila?
-¿Tengo que esconderme allí de padres?
Reí.
-No, allí no.
-Entonces voy.
-Que dice que sí, que también viene.
-¡Ah, perfecto! Bueno, entonces luego os veo. ¡Adiós!
-¡Adiós!
Colgué.
-Toma-dije, dándole el móvil-Guardámelo tú que no tengo ganas de levantarme otra vez para meterlo en el bolso.
Se lo guardó en el bolsillo.
Me giré para mirarle y él me miró.
-¿Qué?-dijo, sonriendo.
Y, sin previo aviso, comencé a hacerle cosquillas.
-¿Quién te crees que eres para hacerme cosquillas a mí, eh y encima pensar que te ibas a ir así, de rositas?
-¡Ah, no, basta! ¡Socorro, ayuda!
Me agarró y empezamos a rodar por el césped.
-¿Qué te crees, eh? ¿Qué hacer la croqueta te servirá de mucho?
Paramos de rodar (habíamos rodado casi en círculos, si es que eso es posible) y él quedó sobre mí, sujetándome los brazos a cada lado de la cabeza con los suyos.
-Anda, pues mira por dónde hacer la croqueta me ha servido para detenerte.
-¿Tú crees?
Levanté una pierna, la puse en su costado y le hice girar rápidamente y, antes de que pudiera parpadear, ya estaba él debajo de mí y ahora era yo quién le sujetaba los brazos.
Chasqueé la lengua, sonriendo.
-¿Cómo...?-preguntó.
-Largos años haciendo kárate y defensa personal. Mi padre, ya sabes.
Sonreí de nuevo, le di un beso en la mejilla, me levanté y cogí el bolso.
-Vamos a hacerle una visita a Cait.
Él sonrió, se levantó del suelo y me siguió, ya que había empezado a dirigirme de vuelta a la entrada del parque.
Cuando íbamos por la fuente, nos percatamos de que en un banco había tres chicas, que serían de mi edad, que no hacían más que apuntarnos con los móviles.
-¿Nos están haciendo fot...?
-Eso parece-dijo Niall.
Saqué del bolso la funda de las gafas de sol, me puse las gafas y volví a guardar la funda.
Vale, quizá esa no era la mejor menora de esconder mi identidad para evitar que pudieran reconocerme, pero en esos momentos no tenía nada mejor.
¿Qué pensarían sus seguidores si vieran a una de las niñas más ricas del país con su ídolo?
Pasamos a su lado y debieron de estar esperando a eso, porque entonces se levantaron y se acercaron, riendo y chillando.
-¡Sí! ¡Sí que eres Niall Horan!
-¡Ahhhhhhhhhhhhh! ¡Niall!
Una de las chicas se tiró contra él y lo abrazó.
Estuve a punto de dejarme llevar por el impulso que sentía de agarrar a la niña esa y apartarla de él, pero no lo hice y me preocupó el haber pensado que quería hacer eso.
Me aparté un poco y miré hacia otro lado, haciéndome la distraída, rezando para que no se percataran de que yo estaba ahí.
Pero no tuve esa suerte.
-¿Y tú eres...?-dijo la más alta, mirándome sin mucho aprecio.
-Yo soy yo.
-Tu cara me resulta muy familiar.
-Mi... Mi cara es muy común.
-Oh, bueno. ¿Y qué haces con Niall?
-¿Por qué tendría que contestarte a eso?
-Por favor, no saquéis conclusiones. Es mi amiga.-dijo Niall, volviendo a ponerse a mi lado.
Hice una mueca como diciendo "bitch please, soy su amiga".
La más bajita de las tres, la cual tenía un largo pelo castaño liso, me tendió una cámara de fotos.
-¿Nos haces una foto con tu amigo?
Gruñí por lo bajo.
No me había gustado mucho como había sonado eso de "tu amigo".
-Claro.
Y le cogí la cámara.
Después de un par de fotos, tanto grupal como individual, la alta le dio a Niall un papel que acababa de escribir y le dijo que, por favor, se lo diera a Zayn. Dicho lo cual, nos dejaron irnos.
Caminé deprisa hacia la entrada, todavía con el "tu amigo" resonando en mi cabeza. No sabía por qué, bien por el tono o bien  por no sé, pero eso no me había gustado en absoluto.
-Eh, Chris, espérame, no vayas tan deprisa-dijo, poniéndome la mano en el hombro.
Me frené un poco para dejar que se pusiera a mi altura.
-Eh, ¿estás bien? ¿Te han dicho algo malo o algo?
-No, Niall, todo está bien, de verdad.
-Lo siento Chris, en serio. Esta es una parte de mi vida sobre la que no tengo el control.
Le sonreí.
-Lo sé Niall, pero de verdad, no me dijeron nada. ¿Qué pone en el papel que te dio la jirafa esa para Zayn?
-Pues pone... Emm, la dirección de la chica, su número de teléfono y un "Te espero en mi cuarto", una carita sonriente y unos besos con pintalabios.
-Quema eso. Zayn no se merece alguien así.
Rió.
-Uh, creo que alguien está celosa.
Le empujé.
-Oh, sí claro. Me muero de los celos.
Me crucé de brazos y caminé más rápido.
-Eh vamos Chris, no te enfades conmigo, sabes que no lo dije en serio.
Llegamos hasta mi coche y me giré, tirándole las llaves, que él cogió al vuelo.
-Está bien, no me enfado, pero tú conduces.
-Si así lo quieres...
Avancé hacia él, le metí la mano en el bolsillo y saqué mi móvil.
-Voy a decirle a Cait que ya vamos para allá.
Y acto seguido, abrí la puerta del coche y me senté en el asiento del copiloto.
-Mujeres. Por muchos años que viva nunca las entenderé-dijo Niall antes de sentarse también y arrancar.
Por el camino, no le hablé más que para indicarle el camino a casa de Cait.
-Oh, vamos Chris, perdóname, de verdad, no quise decir eso...
Silencio.
-En serio, de verdad, lo sientoooooooooooooo.
Nada.
-Perdóname o lloro.
-Niall no hay nada que perdonar es sólo que me gusta hacerme de rogar.
-Oh. No si ya lo acabo de comprobar, ya.
Sonreí.
-Sería incapaz de enfadarme contigo.
-¿Incluso si le doy esa carta a Zayn no te enfadas?
-Te dije que la quemaras.
-Vale, vale. No se la daré, que ya veo que no quieres.
Reí.
-Ya hemos llegado.
Aparcó unos metros antes de llegar a la puerta de la casa de Cait.
Llamamos al timbre y Kevin, el mayordomo de Cait, nos abrió la puerta.
-¡Eh, Kevin qué pasa!-dije, entrando como Pedro por su casa por la puerta y chocando los cinco con él.
Kevin era, aparte de joven, un tío enrollado.
Yo sabía que a Cait le gustaba y, para que mentirnos, a mí también pero nada, aún no había habido suerte. Creo que tenía novia y eso.
-La señorita se encuentra en su cuarto.
-A mí con ese vocabulario anticuado no me vengas que estamos en el siglo XXI.
Reímos y arrastré a Niall escaleras arriba hacia el cuarto de Cait.
-Últimamente no hago más que ir de mansión en mansión.
-Cierto, Niall, te vas a acostumbrar a ellas. Aunque esta es más pequeña que la mía. Bueno, Cait tiene cuadras, algo que yo no. 
-Pues entonces en tu casa no tienes de todo como me decías que tenías.
Le saqué la lengua y llamé a la puerta del cuarto de Cait, que no tardó en abrirme.
-¡Chicos!-dijo, abrazándonos a los dos a la vez.
Apenas podíamos respirar y agradecimos cuando nos soltó.
Entramos en su cuarto y vimos a Marta allí.
-¡Marta tú también estás aquí!
-No te hagas ilusiones Chris, yo quería ver a Niall.
Fingí echarme a llorar sobre Cait.
-Pobre de mí.
-Nah, en realidad os quería ver a los dos. ¿Qué pasa, Niall?
Mientras yo me abrazaba con mi desaparecida mochila, de la que había estado separada tanto tiempo, ellos estuvieron hablando.
Nos pasamos el resto de la tarde allí, hablando mientras que yo hacía así por encima los deberes que tenía que haber hecho en clase pero como me fui no los hice.
-Debería irme ya, chicas. Papá no sabe nada de mí desde esta mañana.
-Vamos, me voy contigo.-dijo Niall.
-Hombre, no iba a dejarte aquí.
-Pues hombre... Podías dejarle aquí.
-Cait, aléjate de Niall, que ya te dije que no tiene ningún caldero de oro.
-Jo, vale.
Y nos reímos.
Niall se echó al hombro mi mochila y fue cargando con ella hasta el coche.
-No tenías por qué llevarme la mochila. No eres mi esclavo.
-Bueno, digamos que como no me importaba hacerlo, lo hice. Como tú esta mañana me hiciste el desayuno.
Suspiré mientras me ponía el cinturón y arrancaba el coche.
Paré en la misma puerta de su casa.
-¿Estarán los demás en casa?-pregunté.
-Vete tu a saber. ¿Por qué? ¿Quieres subir?
-Me encantaría, pero tengo que ir ya a casa si no quiero morir a manos de mi padre y además, tengo que acostarme pronto, tengo instituto mañana.
Sonrió y negó con la cabeza.
-Está bien, como quieras.
Abrió la puerta del coche y sacó una pierna.
-¡Ah, espera, se me olvidaba!
Se estiró y me dio un beso en la mejilla.
-Mañana te veo, rubia.
Salió del coche y cerró la puerta.
Bajé la ventanilla.
-¡Quema la carta y no se la des a Zayn! ¿Me has entendido?
Él sonrió y me enseñó su pulgar hacia arriba.
Esperé a que entrara en el portal para irme a casa.
Una vez en casa, papá exigió explicaciones de por qué me volví antes del instituto.
-Me encontraba terriblemente mal. Estaba muy mareada y tuve que venirme inmediatamente.
-Oh, mi pobre niña. ¿Quieres que llamemos al médico?
-¿Em? No, no, ya estoy mejor, de verdad. Sólo fue esta mañana. Quizá fue que no desayuné lo suficiente o algo así, pero ya estoy mejor, en serio.
Fue fácil mentirle y fue aún más fácil que me creyera.
A la mañana siguiente no me costó tanto despertarme e ir al instituto, ni siquiera me molestaba el hecho de que Jerry me llevara en coche hasta él, porque Niall me había dicho que nos veríamos mañana y mañana era hoy, aunque no sabía cuando.
Le conté la misma mentira que le conté a mi padre a la señorita Black y ella también me creyó.
Me estaba conviertiendo en una perfecta mentirosa.
Aquel día no me castigaron. Evité que me mandarán al aula de castigo para no encontrarme allí con Drake. Estaba siguiendo el consejo de Niall, de evitarle tanto como fuera posible.
Las horas se me hicieron terriblemente largas, pero finalmente acabaron y Marta, Cait y yo salimos del instituto, comentando la tarde con Niall que habíamos pasado ayer.
Entonces, Marta me dio un codazo.
-Eh, Chris, mira allí-dijo, señalándome con la cabeza hacia la derecha-Niall está allí.
Giré la cabeza y comprobé que era cierto.
Había estaba Niall, con las manos metidas en los bolsillos y apoyado en el capó de su coche.
Le sonreí y él me devolvió el gesto, después le saludé con la mano, ampliando aún más sonrisa.
Pero como cada vez que me pasa algo bueno el karma tiene que hacerme pasar un mal trago, esta vez no iba a ser diferente.
Unos brazos me pasaron por la cintura.
-¿Me echaste de menos, preciosa?-dijo la pastosa voz de Drake contra mi oído-No te he visto en todo el día y eso que te he esperado largo rato en nuestro aula...
Me revolví para liberarme de su agarre.
-¿Qué mierdas quieres, Drake?
-Eh, nena, pórtate bien que ya sabes donde estamos-dijo, mirando alrededor y a la gente que nos rodeaba-Tienes que fingir.
-Drake, ¿qué parte de "no voy a hacer lo que dices" no entiendes y es necesario que te explique? Joder, ya te lo dije la otra vez, pero por si no te quedó claro, te lo repito. Vete a la mierda.
Se mordió el labio.
-Me gusta cuando te pones difícil.
Y antes de que pudiera darme cuenta, me cogió de la cara con las manos y me besó.
Intenté apartarle, poniendo las manos en su pecho y empujándolo hacia atrás, pero él me agarraba fuertemente y apretaba sus labios contra los míos con más fuerza aún, haciéndome daño.
Entonces, alguien lo separó de mí con fuerza y me llevé la mano a los labios, tratando de calmar un poco el hormigueo de dolor que sentía en ellos.
Miré hacia delante y vi la espalda de Niall.
Oh, no.
-¿Se puede saber qué coño haces?-le dijo este, visiblemente enfadado.
-No Niall tío, joder, ¿se puede saber qué coño haces tú? Es mi novia, no tienes por qué meterte.
Vi que la gente miraba atenta la escena, incluidas Marta y Cait.
Noooooooooo. No, no y no. Lo último que quería yo era llamar la atención y menos en un sitio donde luego la gente pudiera contárselo a mi padre.
-¿Qué coño va a ser tu novia, Drake? Llevas tiempo acosándola. No es tu novia. Déjala en paz.
Le agarré a Niall del brazo y tiré de él.
-Niall por favor, déjalo, ¿vale? Vámonos...
Drake sonrió.
-Oh, ya entiendo lo que te pasa, ya. Estás mortalmente celoso. Pues hazte a la idea, ¿si? Ella es mía, yo la vi primero. Y, por supuesto, ella me quiere a mí.
Todo el rato con el mí. "Mí novia". A Drake lo que le importaba era que la gente se lo creyera, y por eso lo repetía constantemente y lo gritaba a los cuatro vientos.
Niall no respondió y Drake avanzó y me cogió del brazo.
-Anda vamos, Chris.
-¡No la toques!-dijo Niall, apartándolo de mí.
-¡Pero bueno tío...! ¿A ti qué coño te pasa?
Niall me puso la mano en el pecho y tiró de mí hacia atrás.
Eso no me olía nada bien.
Se encaró a Drake.
-¿Quieres saber qué coño me pasa, eh? ¿Quieres saberlo?
-Venga tío, dímelo.
Y no se lo dijo con palabras, sino que le cruzó la cara de un guantazo.
Drake se recuperó pronto y se lo devolvió.
Y entonces se empezaron a pelear los dos salvajemente y yo grité.
-¡Parad, parad por favor!-dije, con las manos en la cabeza y con las lágrimas a punto de brotar de mis ojos.
Por supuesto, no sufría por Drake, a él podían matarlo que no me importaba en absoluto. Sufría por la idea de que a Niall pudiera hacerle cualquier tipo de daño.
Pero si escuchaban mis palabras, no me hacían caso.
Se estrellaron contra el muro del instituto y aún así no pararon.
No pararon hasta que vino Jerry y los separó, con mucho, mucho esfuerzo porque no se soltaban.
Cuando los separó, corrí y abracé a Niall por detrás, que no paraba de moverse y le inmovilicé con una de las llaves que sabía, mientras le susurraba que se calmara. Finalmente, dejó de moverse y de resistirse.
Tiré de él hacia su coche, sacándole de la escena y Cait y Marta me siguieron.
Jerry fue detrás.
-Chris...
-Jerry, vete a casa. Si papá pregunta, dile lo que te de la gana. Ya nada me importa.
No podía apartar los ojos del moratón que cada vez se hacía más visible en la cara de Niall, aparte de algún que otro corte que Drake le había hecho.
Niall seguí mirando hacia atrás, buscando a Drake, que no andaba muy lejos, también mirándole.
Los dos hicieron ademán de ir hacia delante y enfrentarse otra vez, pero por suerte, tenía bien agarrado a Niall.
-¡Estate quieto! ¿Dónde tienes las llaves?
Si me oía no quería escucharme o bien no tenía oídos para mí en aquellos momentos.
Rebusqué en sus bolsillos y saqué las llaves, las cuáles le tiré a Cait.
Esta abrió el coche y se subió al asiento del piloto, Marta en el del copiloto y yo con mucho esfuerzo conseguí hacerle entrar a Niall en los asientos de atrás, donde me senté con él.
Cait arrancó y nos sacó de allí.
Cuando Niall se vio alejado de la escena, volvió en sí.
-¿Estás bien?-me preguntó.
-¿Qué? ¿Y me preguntas a mí si estoy bien? ¡Por supuesto que no estoy bien! ¿Se puede saber qué has hecho, Niall? ¡Mira cómo te ha dejado la cara!
-Tuve que hacerlo. Te dije que si volvía a hacerte algo, le partiría la cara.
-¡No tenías que haber hecho nada! ¡Me sé defender sola!
-Oh, sí, ya lo vi, mucha defensa personal y ostias pero sólo lo aplicas conmigo...
-Emm...No quiero interrumpir-dijo Cait-Pero...¿adónde vamos?
Le miré.
-A mi casa-dijo él, bajando los ojos para no mirarme.
-Más adelante tuerce a la izquierda, sigue recto tres calles, después tuerce a la derecha, pasa por el puente y siete minutos después, para en el 11.-le indiqué.
-Perfecto. Podéis seguir.
Suspiré.
-Oh, Niall, eres tonto... No sabes lo mal que lo he pasando. ¿Y de qué te ha servido golpearlo?
-Para sentirme mejor.
Sonreí con ironía.
-Pues no sé por qué pero no te veo con mejor aspecto...
-Bueno, y dime, ¿qué querías que hiciera? ¿Qué me quedara ahí parado viendo...Eso?
-Pues sí, quizás sí.
Resopló.
-Pues no puedes pedirme eso.
Busqué en mi mochila pañuelos, saqué uno y, con cuidado, lo puse sobre uno de los cortes que tenía en la mejilla, el cuál algo le sangraba.
-Eres tonto, ya te lo dije antes.
Él frunció el ceño al sentir la presión del pañuelo y no era para menos, porque un moratón era bien visible en su mejilla.
-Si es que mira como te has dejado la cara...
Llegamos a su casa y subimos arriba.
Abrí la puerta de su casa y descubrí a los demás dentro.
Vaya.
-¡Hombre, Chris...!-dijo Zayn al verme-¡¿Pero...?!
Yo traía a Niall agarrado por la cintura y detrás entraron Cait y Marta, que estaban algo cortadas.
Todos se quedaron blancos al ver a Niall aparecer como apareció.
Harry se levantó del sillón y Niall se sentó en el hueco que dejó.
-¿Pero qué has hecho, por el amor de Dios?-dijo, mirando a su amigo.
-Se ha metido en una guerra que no era la suya-dije, a modo de explicación, mirándole.
-Drake.
Asentí.
Niall me contó que le había contando la historia de Drake a Harry.
-Te has dejado la cara bonita, macho.
-Oh, cállate Liam-dijo Niall.
-Necesitamos hielo para el ojo y hay que desinfectar esos cortes-dije, tomando el control de la situación.
Liam se levantó del sillón.
-Yo te lo daré.
Pasé al lado de mis amigas al ir tras Liam a la cocina.
-¡Oh! Estás son Caitlin y Marta, mis dos mejores amigas. Ellos son Zayn, Harry, Liam y Louis. Y ellas Sam y Ash. Y ahora vuelvo.
Fui a la cocina y Liam me tendió algo de hielo metido en una bolsa recubierta con un trapo.
-Ahora te doy el algodón y el desinfectante.
-Oh, gracias Liam.
Volvimos al salón y vi que mis dos amigas estaban hablando con los demás, contándoles con pelos y señales lo que había ocurrido exactamente.
-Toma, Niall, ponte esto en el ojo.
Me cogió la bolsa de hielo y se la puso.
Liam apareció con el botiquín.
-Vamos a tu cuarto.-le susurré.
Él asintió, se levantó del sillón y fue a su habitación mientras yo dejaba la mochila junto a la de mis amigas, la cuál no me había quitado antes.
Entré en su habitación y cerré la puerta tras de mí.
Él estaba sentado en su cama, con el hielo puesto en el ojo y al lado tenía el botiquín.
Me ajusté la falda, que tenía mal colocada y fui junto a él, abrí el botiquín y cogí el algodón y el desinfectante.
-¿Estás enfadada?
Sonreí.
-No. Ya te dije que no podría enfadarme contigo. Solamente sigo algo asustada. No pensé que harías eso.
Me acerqué con el algodón mojado en desinfectante.
-Quizá esto te escueza un poquito.-dije, mientras le curaba el primer corte.
-Arg, coño.
Reí.
-Siento ser tan malhablado.
-No importa, puedes decir cuánto quieras.
Le estuve curando cada una de las heridas de la cara, pero contra el ojo morado poco podía hacer.
-¿Qué dirán tus directioners cuando vean tu nueva cara?
-Mm, dirán que soy mucho más guapo que antes. Tengo entendido que a las mujeres os gustan los hombres con cicatrices y heridas de guerra.
Reí a carcajadas y él rió conmigo.
-Bueno, creo que tu información es algo incorrecta... Quizá en la prehistoria y esas épocas sí, pero ahora nos gustan los hombres sin esas cosas.
-Oh, vaya. Pudiste decírmelo antes, eh.
-Lo siento.
Guardé lo que había sacado en el botiquín y tiré en su papelera el algodón. Después, me le quedé mirando y él me miró con el único ojo que tenía disponible.
-¿Qué?-dijo, sonriendo.
Negué con la cabeza, sonreí y le abracé.
-Gracias por defenderme.
Él emitió un "aishhh" y me separé rápidamente.
-¿Qué te pasa? ¿Te hice daño?-dije, preocupada.
-¿Em? No, claro.
-Levántate la camiseta.
-¿Qué? ¿Qué dices? No soy un exibicionista.
-Levántate la camiseta.
-Que no, que me da vergüenza.
-¿Qué te va a dar vergüenza si ya te vi sin ella antes? Vamos, hazlo.
-No...
Sin darle tiempo a negarse más, me acerqué y se la levanté yo.
Vi que tenía un moratón en el costado y otro a la altura del hombro.
-Oh, dios de mi vida...
-No quería que lo vieras porque te preocuparías más.... Y te sentirías peor.
Le bajé la camiseta y me senté a su lado en la cama.
-Oh, dios, lo siento Niall, lo siento tanto.
-Pero si no es tu culpa. Tú no pegaste a nadie. Cuando le di el primer golpe, ya sabía a lo que me exponía. No te preocupes, Chris. Los irlandeses somos duros.
Negué con la cabeza.
-Espero que esto le haya sacado de la cabeza a Drake el volver a acercarse a ti.
-Y si no da igual porque no vas a volver a hacer nada.
-Sí, bueno, eso lo dices tú...
-Niall, no. Primera vez y última que pegas a nadie por mí. Sino, la próxima vez tendré que meterme yo también y acabaríamos los tres mal.
-Bueno, ya veremos. Y ahora vamos con los demás que temo por la vida de tus amigas. ¿Dejar a Harry con dos chicas en una misma habitación? Tiene peligro, corre, vamos.
Volvimos al salón y él se sentó en el sillón.
Yo no podía dejar de mirar cómo se había dejado la cara. Y, aunque no podía verlo porque la camiseta lo tapaba, tenía bien presente los golpes que tenía en el cuerpo y a saber qué más tendría que no quería enseñarme por no preocuparme más.
-Bueno, nosotras deberíamos irnos ya-dijo Cait.
-Sí, ya hemos visto que Niall sobrevivirá, ya hemos cumpliado-dijo Marta.
-¡Oh! Pero no os vayáis.
Ahí estaba Harry, el persuasivo.
-Pero ya es hora de comer, tendréis que comer y eso y no queremos molestar...
-Nada, nada. Las amigas de Chris son mis amigas. Apenas hemos podido hablar, por favor, quédaos.
Enarqué una ceja.
Wow, sí que tenía peligro este chico, sí.
-Oh, bueno...
Se miraron entre ellas.
-¡Harry tiene razón!-dijo Ash, pasándoles a las dos un brazo por los hombros-Sam y yo pasamos mucho tiempo rodeadas de tíos y echamos de menos algo de compañía femenina.
-¿Y yo qué soy? ¿Una percha?-dije.
-Tú es que bueno, no podemos considerarte compañía, porque siempre que vienes, te vas con Niall.
-Oh, bueno... Pues vaya.
Y nos reímos todos.
Ash convenció a Cait y Marta, y, junto con Sam y Liam, se fueron a la cocina a ver qué podían preparar para tanta gente y yo aproveché para sentarme al lado de Niall en el sillón.
La pelea entre él y Drake no paraba de revivirse en mi mente.
-Eh-dijo, cogiéndome con dos dedos la mejilla-¿Qué te pasa, a qué viene esa cara? Al que le han dado una paliza es a mí.
-Oh, nada, no pasa nada.
Se quitó el hielo del ojo y me miró.
-A mí no me engañas, rubia.
-No me llames rubia, irlandés.
-Te llamaré como quiera, rubia.
Fruncí el ceño y le miré mal, lo que hizo que sonriera.
-Venga, dime qué te pasa.
-Estaba pensando en lo que Jerry le habrá dicho a mi padre.
-Bah, deja de pensar en eso. Oh, se me ha derretido el hielo.
-¿Te traigo más?
-¿Qué pasa, que te has convetido en mi enfermera particular o qué?-dijo, sonriendo.
-Algo así, podría decirse. Trae, dame la bolsa, te traeré más.
Iba a entrar en la cocina cuando oí a Harry hablar.
-Niall, se te van los ojos detrás...
-¿Qué ojos si con uno apenas veo, payaso?
Y oí a Harry reír.
No le di mucha importancia, ya que empezaba a conocer a Harry y le pedí a Liam un poco más de hielo, el cuál me dio con mucho gusto.
Que majo era ese chico.
De nuevo en el salón, le di la bolsa de hielo y fui a ayudar en la cocina.
A Niall le dolía la mandíbula al comer y todos se reían al ver las divertidas caras que ponía cada vez que masticaba.
Después de comer y ayudar a recoger, dijimos que teníamos que volver a casa, que no queríamos molestar más (yo en realidad me moría por saber si mi padre había descubierto todo), pero no querían que nos fuéramos.
Harry se puso a lloriquear en un rincón, Zayn le pegaba diciendo que se dejara de tanto cuento, Louis se reía de Harry y Niall tiraba de mi camiseta, diciendo que si me iba yo quién le iba a curar mientras que yo el decía que el doctor Payne era un buen doctor.
-Además, podemos salir por ahí a dar una vuelta o algo, no quiero estar encerrado aquí más tiempo-dijo Harry.
-Podemos salir con vosotros-dijo Marta-Pero de ninguna manera vamos a ir con uniforme por la calle.
Cait y yo aplaudimos a Marta y decidimos que nos iríamos a casa a cambiar y así yo podría saber por fin si mi padre me había descubierto.
-Llévate mi coche-dijo Niall, tirándome las llaves.
-Vale, gracias.-dije, dándole un beso en la mejilla que no tenía morada.
Las tres, con las mochilas, fuimos hacia su coche, el cuál estaba abajo, donde Cait lo dejó aparcado.
-Vaya, Chris, ya te deja hasta el coche y todo.
-¿Insinúas algo, Cait?
-No, nada...
-Si insinúas algo, puedes decirlo sin miedo, eh.
-No, no, nada.
-Mm.
Las dejé a las dos en su casa y dije que en diez minutos las recogería.
Qué raro se me hacía conducir el coche de Niall sin estar Niall en él.
Lo aparqué delante de la verja de mi casa y entré corriendo.
-¡Papá, papá!
No encontré a mi padre por ningún lado y Casey me dijo que ese día no había vuelto a casa.
Suspiré, aliviada.
Ese día papá tampoco se enteraría de la existencia de Niall.
Subí corriendo a mi cuarto y cambié mi uniforme por esto:
Y, como prometí, en diez minutos recogí a las chicas.
-Y bueno, decidme, ¿qué os parecieron los demás?
-Oh, tía... Sin comentarios.
-Sí, Zayn sí que está para no comentar.
-¡Marta!-dije, mirándola por el retrovisor y riendo.
-¿Qué? Si es la verdad. 
-Ya lo sé.
Y todas rompimos a reír.
Aparqué en el mismo sitio de antes, llamamos al telefonillo y nos abrieron. En menos de dos minutos ya estábamos de nuevo arriba.
-¿Y Niall?-pregunté, al no verle en el salón.
-Ash está intentando taparle los moratones con maquillaje.-me informó Louis.
Me encaminé al baño y ahí les vi a los dos, uno sentado en la taza del váter y la otra, maquilládolo.
-Hola.-dije, apoyándome en el marco de la puerta.
Me miraron.
-¡Chris, has vuelto!-exclamó Niall.
-¿Lo dudabas?
-Un poco sí. Ala Ash, ya vino mi enfermera, puedes irte.
-Arg, qué niño este, de verdad-dijo ella, saliendo del baño.
Me acerqué a él.
-¿Qué tal?
-Aquí. ¿Y tú?
Me encogí de hombros.
-Aquí, también.
-¿Puedes terminarme? Ash me ha dejado a medias.
Cogí el maquillaje que ella había dejado.
-Claro, sin problema.
Y en menos de cinco minutos, le había tapado como buenamente pude todas las heridas de la cara.
Se miró al espejo.
-Como nuevo.
Me miró.
-¡Oh! Un momento. Hay que retocarte a ti también.
Cogió el lápiz de ojos.
-Niall, eso puede ser un arma mortal, ¿lo sabes, no?
-Calla y déjame.
Y me pintó un bigote de esos modernos que se llevaban ahora.
Se empezó a reír mientras yo abría el grifo, tratando de quitármelo.
-¡No, no te lo quites que te queda muy bien!
-¡Vete al cuerno, Niall!
-¿Qué os pasa?-dijo Zayn, apareciendo en el baño.
Niall me giró la cabeza para que me viera.
-¡Mira qué guapa está!
Zayn se echó a reír a carcajada pura.
-Jo, pero no os reíais de mí, malditos.
Niall insistió en mostrar su obra de arte a los demás y no me lo dejó quitar sin antes echarme una foto y que todos se hubieran reído bien.
Por fin en la calle, echamos a andar.
Yo por supuesto sin hablarle a Niall, fingiendo que me había enfadado y disfrutaba con sus súplicas de perdón.
Dimos un largo paseo y decidimos tomarnos algo en un bar.
Sam y yo manteníamos una interesante conversación, mientras que Ash les contaba a Cait y Marta que era la estilista de los chicos y alguna que otra cosa del oficio y los chicos veían un partido de béisbol que echaban por la televisión.
Estuvimos bastante tiempo en ese bar, hasta que el partido acabó y, cuando salimos, llovía.
-¿Alguien trajo un paraguas?
Nadie le respondió a Zayn.
Harry y Niall se pusieron a bailar bajo la lluvia, uno unos pasos extraños de ballet y el otro, un baile que quizá fuera irlandés, pero dejó de bailar al sentir que el dolía todo el cuerpo y no era para menos.
-I´m singingggggggggggg on the raaaaaaaaaaaaain.
-Más bien berreas on the rain.-le dijo Louis a Harry y nos empezamos a reír.
Niall me cogió de las manos y me hizo girar.
-Baila tú por mí, ya que yo no puedo.
Le sonreí y entonces reparé en una persona que, no muy lejos de allí, nos observaba, con una gran cámara de fotos.
Paparazzi.
Oh, no.
Otra vez no.
Niall le vio también y recordó lo que le conté de Connor.
-Llueve mucho, hay charcos grandes en la acera y yo no sé nadar, me voy a ahogar...-dijo Zayn.
-Verás como no Zayn, verás como no-dijo Harry, pasándole el brazo por los hombros.
-¡Eh, tíos! ¡Carrera hasta casa!-dijo Niall.
-¡Corred!
Y como personas normales que éramos, echamos a correr por la calle bajo la intensa lluvia, rumbo a su casa.
La mano de Niall agarró la mía y nos miramos.
Estábamos huyendo de nuevo. 
Esta vez, de un paparazzi, pero huíamos, como siempre hacíamos.
Tuvimos que soltarnos ya que había una farola y yo tirá hacia un lado y él hacia el otro, pero en cuanto la esquivamos, mi mano buscó la suya y la encontró a través de la lluvia.
Zayn saltaba los charcos para no caer en ellos, Harry no veía por donde iba ya que llevaba los empapados rizos en la cara, tapándole los ojos y Louis lo guíaba, Ash y Sam corrían agarradas del brazo, Liam iba casi patinando, Marta derrapaba y Cait se cayó de morros en un charco.
-¡Arriba, vamos!-dijo Zayn, agarrándola y levantándola mientras todos nos reíamos y seguíamos corriendo.
Niall y yo pasamos por delante a Marta y a Harry y Louis y lideramos la comitiva hasta llegar a casa.
Una vez que estuvimos todos en el portal, nos miramos, vimos lo empapados que estábamos y nos reímos.
-¡Niall y yo hemos ganado!
-¡Sí!
Y los dos nos pusimos a bailotear.
-Chst, ya ves...
-La próxima vez no será así.
-Yo porque me caí en el charco que sino...
Subimos a su casa y les pedí prestado un secador para aunque fuera, secarme algo el pelo.
Mientras estaba en el baño secándome el pelo, Niall se coló dentro.
-Por mucho que te seques el pelo, sigues empapada.
-¿Y qué le hago? ¿Me la seco también con el secador?
Rió.
-Así tardarías siglos.
-Ya, lo sé.
-Ven, yo te dejaré algo para que te cambies.
-¿Qué?-dije, sonriendo.
-Oh, bueno, si quieres le pido algo a Sam o a Ash, si prefieres ropa de chic...
-No, no. Algo tuyo estará bien.
-Vamos a mi cuarto.
Me abrió su armario.
-Escoge.
-No sé, dame algo como lo del otro día, una camiseta que apenas te pongas y unos pantalones que más de lo mismo.
-Mm, bueno... Pues si quieres la camiseta del otro día.
Me la lanzó.
-Y tengo este pantalón de chándal, que no sé para qué me los traje si nunca me los pongo.
-Es perfecto.
-Y toma, esta chaqueta con capucha. Sólo me la pongo cuando voy a correr con Liam, pero ya aquí no lo hacemos... 
Me le quedé mirando, ya que se había sentando en la cama.
-¡Oh! Me iré para que puedas cambiarte.
-Gracias.
En cuestión de segundos cambié mi empapada indumentaria por lo que él me había dado, los pantalones grises de chándal, la camiseta azul de "Free hughs" y la chaqueta negra.
Todo me quedaba grande, pero me daba mucho calor, que era lo que más buscaba en esos momentos.
Cuando salí de su habitación me estaba esperando con una bolsa para meter la ropa empapada, cosa que le agradecí.
Llegué al salón y todos se rieron de mí.
-Joder, siempre os reís de mí empiezo a pensar que soy un chiste.
-Es que estás muy graciosa con esa ropa. Eres como Niall, rubia y con ojos azules, pero en chica.
-Oh, gracias por llamarme Niall, Liam.
Cait y Marta aparecieron en escena con ropa de chica y se rieron de mí.
-Chris, si querías algo para cambiarte podías habérmelo pedido...-dijo Sam.
-Me gusta la ropa de Niall.
-Déjalo Sam, tu ropa no tiene nada que hacer con la mía.
-Tú a callar, Niall.
-Vale...
Nos reímos de nuevo.
Estuvimos allí hasta que dije de irnos, ya que quería llegar antes que mi padre a casa.
-Yo os llevo.-dijo Niall.
-Y venga que yo me aburro y voy con vosotros-dijo Zayn.
Cuando íbamos a salir por la puerta, despedidas de todos, me paré.
-¿Te devuelvo tu ropa?-le pregunté a Niall.
-¿Qué? ¿Y vas en bragas a tu casa? No mujer, ya me la darás.
Zayn se sentó atrás con Marta y Cait y a mí me dejaron delante, con Niall.
Primero dejamos a Cait y después a Marta, hasta que nos quedamos solos los tres, los cuales fuimos cantando los éxitos que nos ponían en la radio.
-Wow. ¿Está en tu casa, Chris?-dijo Zayn, cuando Niall se paró delante de la verja.
-Así es Zayn.
-Wooooooooooow.
-Bueno, chicos. Odio tener que decir esto, pero debo bajarme.
Zayn se adelantó para que pudiera darle un beso en la mejilla y después le di otro a Niall.
-Nos vemos, chicos.
Salí del coche, me puse la capucha, ya que aún llovía y corrí hacia mi casa.
Tenía miedo.
¿Y si papá estaba ya en casa y me veía con esa ropa? ¿Qué iba a pensar?
Por suerte, no estaba.
Pero Casey sí.
-¡Christine! ¿Cómo vienes así?
-¡Hola Casey! ¿Te gusta? Esto es ir a la última en la moda.
-Es ropa de tu amigo, ¿verdad?
-Jo, sí, Casey...
Ella rió.
-A mí no me engañas.
Entonces oí la voz de mi padre por el pasillo.
-¡Ostias voy a cambiarme!
Subí corriendo a mi cuarto y me puse el pijama.
Escondí la ropa de Niall en el armario y, cuando mi padre vino a verme, me vio con mi pijama y no me dijo nada.
Suspiré.
"Tienes mi ropaaaaaa, ladronaaaaaaaaaa. No sólo me quitas mi chaqueta, ya es todo"
"Oye, que tú me lo has dejado yo quería venir en bragas a mi casa y tú no me dejaste. Tengo que volver a verte pronto. Ya sabes, tengo que devolvértela"
"Uhhhhhhhhhhhh. ¿Más intercambios? Porque te has dejado aquí la bolsa con tu ropa..."
"Oh, jopé, ya no sé dónde tengo la cabeza. ¡Sí! ¡Más intercambios! :D"
Sonreí mientras esperaba su respuesta.
¿Drake? Ese sólo era uno de los pequeños problemas de mi vida, porque los problemas que se me avecinaban dejaban a Drake pequeño, muy pequeño. Y quizá Niall no estuviera conmigo para solucionarlos todos.


¡Hola! Siento el retraso, de verdad, pero entre el instituto, mi vida, y todas las novelas que tengo, se me hace imposible subir antes. Gracias por esperar y ser tan pacientes x3
@Cris_Jbieber

viernes, 21 de septiembre de 2012

Capítulo 7


-Niall-
No podía dormir, tenía demasiadas cosas en la cabeza. Habían pasado tantas cosas ese día: visita guiada por la mansión, Titanic, Chris, Drake, Chris, Crepúsculo... Demasiados buenos momentos (y algunos no tanto) que merecían la pena de recordar antes de dormirme.
Me levanté y salí a la terraza, asomándome por el balcón y apoyándome en la barandilla de este.
¿Quién me iba a decir a mí que venir a EE.UU sería algo que me gustaría tanto? Si hubiera llegado a saber lo que me esperaba aquí, hubiera venido antes.
Después de un rato pensando en el balcón, entré de nuevo y fui a ver qué tal estaba Chris. Estaba profundamente dormida y no se había movido de la posición en la cuál la había dejado cuando la tumbé.
Me crucé de brazos y me apoyé en el marco de la puerta. Me daba algo de pena. Se había perdido muchas cosas en la vida por culpa de su padre... Cosas que yo, ahora, le enseñaría.
Pasado un rato decidí dejar de mirarla ya que había comprobado que estaba bien y volví a tumbarme en el sillón. Acababa de hacerlo cuando oí que la puerta se abría y que estos entraban riéndose.
Me incorporé.
-¿Podéis hacer el favor de bajar la voz?-pedí amablemente.
-¡Niall! ¿Qué haces ahí?-preguntó Zayn.
-Intentaba dormir.
-¿En el sillón?
-Bueno... Es que Chris está en mi cama, asi que te pido que no hagas mucho ruido cuando te vayas a acostar.
-¿Qué?-dijo Harry-¿Christine está en tu cama?-dijo, señalando la habitación.
-Sí, a ver... Después de escaparnos de Drake, vinimos aquí, vimos una película y se durmió. ¿Qué querías que hiciera, que la dejara durmiendo aquí?
-¿Qué película vistéis?-preguntó Sam.
-Crepúsculo.
-¡Ohhhhhhhhhh!-dijeron ella y Ash.
Enarqué una ceja.
-Bueno que eso, que da igual, que no la despertéis y ya.
-Claro, descuida.
Zayn fue por el pasillo a oscuras y escuchamos un gran estropicio.
-¡Zayn!
-¡Lo siento, lo siento, lo siento!
Se había tropezado con vete a saber qué.
-Haz sitio, anda-dijo Harry, sentándose en el sillón a mi lado.
Ash y Sam se fueron a dormir ya que decían que tenían un sueño que no podían con él y Liam y Louis no tardaron en seguirlas, así que nos quedamos Harry y yo solos.
-¿Qué hicistéis después de que nos fuéramos? ¿Os quedásteis con Drake?-le pregunté.
-¿Qué? Ah, no. Ese payaso se levantó del suelo y se fue, gruñendo, tras vosotros, pero supongo que nos os alcanzó, así que se fue, creo. Desde luego, adentro no volvió, así que nos quedamos tomando algo hasta ahora y eso. Si te digo la verdad, nunca me cayó bien...
-Claro Harry, porque te hacía competencia.
-Que no, que no es por eso.
-Ya, claro.
-Cuéntame la historia de ellos.
-¿De ellos?
-Joder Niall, Chris y Drake...
-Ah, sí, claro.
Y se la conté.
-Cabronazo.
Reí.
-Justo lo que todos decimos.
-¿Y por qué no quisiste dormir con ella? Ya sabes, ninguno estábamos y, bueno...
-Porque no soy como tú, simplemente.
-Hay que ver la fama que tengo.
-Pues la que tú mismo te has creado.
-Eh, buena respuesta. Aunque aún estás a tiempo si...
-Harry, cállate, ¿quieres?
Rió.
-Vale, vale, si yo sólo decía... Me voy a dormir.
-Es lo más sensato que has dicho esta noche.
Sonrió y se levantó.
-Adiós, tío. Buenas noches.
-Buenas noches.
Una vez que se fue, me tumbé de nuevo en el sillón.
Seguía sin poder dormir y pasaban los minutos. Ash se levantó y fue a la cocina.
-Oh, ¿te he despertado? Venía a buscar un vaso de agua.
-No, no me despertaste. Aún seguía despierto.
-¿No puedes dormir?
-Se ve que no.
-Oh, vaya. ¿Quieres algo, un vaso de leche o algo? Yo te lo pongo.
-No, tranquila. Ve a dormir, estaré bien. Pero gracias.
-Como quieras.
Al pasar a mi lado me revolvió el pelo con una mano y se fue. Ella y Louis compartían cuarto, al igual que Sam y Liam, como era lo lógico y normal. Harry tenía una habitación para él solo porque... Bueno, dejémoslo ahí y como ni Zayn ni yo teníamos una Ash o una Sam no hubo problemas y decidimos compartir cuarto, aunque si Christine se quedaba aquí más veces, quizá debiera reclamar un cuarto para mí solo, porque tener ahí a Zayn si estábamos juntos no sería muy... Espera, ¿qué?
Reí como un loco.
Debía de empezar a dejar de juntarme tanto con Harry, estaba empezando a parecerme a él.
-End-
Abrí los ojos y parpadeé un par de veces, después me estiré cuan larga era. Entonces caí en la cuenta de que este no era mi cuarto. ¿Dónde estaba?
Me incorporé, sentándome en la cama y miré a mi izquierda.
Me sorprendí al ver que Zayn, o alguien que tenía toda la pinta de ser Zayn, dormía en la cama de al lado.
Ah, entonces esta debía de ser la cama de Niall y si él no estaba aquí, ¿dónde estaba?
Me levanté y me acerqué a la cama.
Sí, definitivamente era Zayn.
Salí con cuidado de la habitación para evitar hacer cualquier ruido que pudiera despertarle y fui al salón. 
No había nadie.
Oí entonces un ruido proveniente de la cocina y me acerqué a ver qué me encontraba.
Lo que encontré fue a Niall de espaldas, cogiendo algo de una estantería.
-Te ayudaría si fuera más alta, pero como no lo soy...
Al escucharme hablar, se giró, me miró y sonrió.
-¡Chris! Buenos días. ¿Qué tal has dormido? Iba a hacerme el desayuno, ¿quieres algo?
-Buenos días a ti también, Niall. Oh, yo bien. Vale, está bien, pero antes una pregunta... Si yo dormí en tu cama, ¿dónde dormistes tú?
-¿Yo? En el sillón.
-¿Qué? ¿Por qué? Yo era la intrusa aquí y no tenía ningún derecho a quitarte tu cama. Deberías haberme dejado a mí en el sillón.
-No importa Chris, de verdad, si he dormido bien.
-Pero me siento algo mal pensando que tuviste que dormir en el sillón... Si esto se repite, duerme conmigo, ¿vale? Apenas me muevo y no doy patadas. No te molestaré, de verdad.
Sonrió.
-Está bien, como quieras.
-¡Bien! Gracias. Y ahora creo que antes dijiste algo de desayuno...
-Oh, sí. Iba a hacer unas tostadas.
-Te ayudaré.
-Puedes coger el pan de molde que está ahí abajo.
-Perfecto.
Mientras él se encargaba de la tostadora yo cogí el pan de molde y me puse a su lado.
-¿Cuántas rebanadas saco?-pregunté.
-Cinco.
-¿Te vas a comer tú cuatro?-dije, incrédula.
-Ah, yo contaba con que tú te comieras dos...
-¿Qué? ¿Estás loco? Si este pan es enorme... Moriré desayunando.
Rió.
-No creo, mujer. Vamos, saca cinco y que no puedan decir que conmigo no comes bien.
-Está bien, que sean cinco pero ya verás como no seré capaz de comer tanto.
-Pues me lo como yo o se lo damos a Zayn lo que sobre, ya ves que problema.
Ahora reí yo.
Metimos el pan dentro de la tostadora y nos dedicamos en cuerpo y alma a vigilarlas para que no se nos quemaran.
-¿No vas a darme un abrazo de buenos días?
-No sabía que lo querías.
-Ah, Niall, qué poco me conoces, de verdad...
Me abrazó y, cuando me soltó, me dirigí hacia la encimera y cogí el bote de mermelada para verlo.
-¿Y tú a mí no vas a darme un beso en la mejilla de buenos días?
Giré la cabeza y le miré.
-No sabía que lo querías.
Y volví a mirar el bote de mermelada.
-Ah, Chris, de verdad, qué poco me conoces...
-¿Eso qué quiere decir? ¿Qué lo quieres?
-Sí, básicamente eso.
-Ah, pues mira tú por dónde que yo no quiero.
-¿Qué? ¿No?
-Mmm...No.
Dejé el bote de mermelada y me giré.
-Un profesor que tenía hace tiempo decía que las cosas fáciles no merecen la pena.
-Ah, entiendo.
-Y quiero que merezca la pena.
-Sí, vale...
Se lanzó a atraparme pero me escabullí por el lado derecho.
-¡La cocina no es muy grande, no podrás huir!
-¡Eso está por verse!
Finalmente me atrapó por detrás y me levantó del suelo.
-¿Adónde creías que ibas, eh?
-No muy lejos, desde luego.
-Bueno, ¿ahora merece la pena o no? No me lo pusiste fácil.
Reí.
-Sí, ahora sí.
Y aún elevada del suelo, eché hacia atrás la cabeza y deposité un beso en su mejilla, justo en el mismo momento en el que Harry, en boxers, entraba en la cocina.
-¡Eh! ¿Qué está pasando aquí?-dijo, sonriendo.
Niall me dejó en el suelo y me soltó.
-Nada.
-Sí. Hacíamos tostadas.-dije yo, inocentemente.
Miré a Harry mejor.
-Wow.-exclamé.
Este sonrió.
-He visto cuerpos mejores.
Y me fui a mirar las tostadas, que ya estaban listas.
-¿Qué?
Niall rió.
-Acabas de darle donde duele, Chris.
-Nah Harry, es broma, estás bien, pero así hemos cambiado de tema. Niall, un plato, que ya están.
Este, obediente, me pasó un plato y las coloqué ahí. Metí otra tanda, la última y me apoyé en la encimera, cruzándome de brazos, Niall hizo lo mismo pero se apoyó en la otra punta y Harry se sentó en un taburete de la mesa de la cocina.
Hablamos hasta que estuvieron y nos sentamos a desayunar.
Le di a Harry una de mis dos tostadas.
-¿Ves, Chris? Te dije que había que hacer cinco.
-Tú querías hacerme comer dos, gracias al cielo Harry vino a rescatarme.
-¿Qué pasa? ¿Le tienes miedo a engordar? Te recuerdo que ayer nos comimos unos enormes tarros de helado de chocolate y fresa...
-Cállate hombre.
Nos reímos los tres.
Después de desayunar y de recoger los cacharros, dije que, aunque lo último que quería era marcharme, tendría que hacerlo si no quería que papá empezara a sospechar.
Le hice la cama a Niall en silencio mientras Zayn aún dormía, me vestí y me puse el vestido de ayer y los tacones. Dejé la camiseta que Niall me dejó doblada encima de su cama.
-¡Eh, espera! ¿Adónde crees que vas?-dijo este, cuando ya casi me iba por la puerta.
-Emm... ¿A mi casa?
-Dame un momento, que me visto y voy contigo.
-Oh, vale, está bien, como quieras.
Fue corriendo a vestirse y yo me senté en el sillón a esperarle, mientras miraba con aire distraído el móvil por si tenía algún mensaje, chat o algo.
Harry se sentó a mi lado y me miró por unos minutos.
-¿Quieres algo en especial?-dije, levantando los ojos de la pantalla del móvil y mirándole.
-Oh, no, no.
-Ah, bueno...
-Bueno sí, quería decirte algo.
Le miré con interés.
-¿El por qué no te pones algo de ropa para dormir?
Sonrió.
-No, eso no era, aunque puedo decírtelo si quieres.
-Creo que de momento puedo sobrevivir sin esa información.
Volvió a sonreír.
-Sólo quería decirte que, en el tiempo en el que conozco a Niall, que ya va para largo, jamás le vi tan contento como ahora.
Fui a contestarle pero Niall apareció vestido con unos vaqueros, unas Supras, una camiseta blanca y una gorra verde y decidí callarme.
-¿Nos vamos?
-Em sí, claro. Bueno Harry, ya te veré, ¿si? Y si puede ser, con algo más de ropa.
-Lo intentaré, aunque no prometo nada.
Nos despedimos de Harry, salimos los dos de casa y nos montamos en el ascensor.
-¿Qué te dijo Harry?
-Mm, pues no mucho.
-Normal, es tan lento hablando que no le da tiempo a acabar las frases cuando ya está empezando otra.
Reí con eso.
Salimos del ascensor y nos encaminamos al coche.
-A veces te siento como mi chófer, Niall y eso no está bien. No me gusta que me lleven de un lado a otro, yo también sé conducir.
-¿En serio? ¿Quieres llevarlo tú?-dijo, tendiéndome las llaves.
-¿Qué? ¿Confías en mí para eso?
-Claro.-dijo, con total convicción.
-Bueno, pues un día te llevaré yo, pero estos tacones no hacen que sea el día más indicado para ello.
Rió.
-Está bien.
El camino hasta mi casa era corto, pero se me hizo muy, muy breve.
-No quiero bajar.
-Bueno, puedo dar vueltas por aquí hasta que te apetezca.
Sonreí.
-Me encantaría dar vueltas contigo, pero ya sabes, mi padre...
Suspiró.
-Sí, ya sé, la misma historia de siempre.
-¿Cuándo volveré a verte?
-¿Cuándo quieres volver a verme?
-Si por mí fuera, siempre.
-Oh, qué bonito. Me voy a empezar a emocionar.
Le di un golpe sin fuerza en el brazo.
-Anda, tonto. Me voy ya.
-Ten el móvil a mano por si te llamo.
-Oh, entonces lo tendré en la mano todo el rato.
Abrí la puerta para bajarme, pero él se inclinó y la cerró.
-Espera. ¿Y me beso de despedida de siempre?
-Oh, qué cabeza la mía, se me olvidaba. Ey, un momento. ¿Y mi abrazo de siempre? ¿Dónde está?
-Estaba esperando a que me lo pidieras.
Le abracé y le acaricié la nuca con los dedos, ya que era el único lugar que no estaba tapado por la gorra y podía tocarle el pelo. De nuevo su olor, el mismo que el de la chaqueta que se olvidó en casa, me embargó y estuve a punto de preguntarle qué colonia o detergente usaba, para así comprarlo y, bueno... Poder olerle siempre que quisiera.
Al separarnos le di un sonoro beso en la mejilla y abrí la puerta.
-Nos vemos, irlandés. Gracias por todo.
Esperó hasta que entró en casa para irse. Una vez que se fue, suspiré y repasé mentalmente mi coartada, por si mi padre preguntaba. Y, en efecto, preguntó.
-¿Y fuiste así vestida a casa de Cait?
-Es que primero daba una fiesta con unos cuantos compañeros y estando allí me dijo que ya era tarde y que me quedara con ella a dormir. Y por eso voy así vestida.
Vale, no era la mejor coartada del mundo pero a Niall y a mí no se nos había ocurrido otra mejor...
Una vez que cambié el vestido por ropa más cómoda, me acomodé en el sillón del salón (bueno, en uno de los tantos sillones del salón) y chateé de nuevo con Niall por el móvil, preguntándole si los demás ya se habían levantando y cosas por el estilo.
-¿No crees que pasas demasiado tiempo con el móvil?
-Pues no, papá.
-¿No deberías estar estudiando?
-Ya estudié el viernes.
-Deja el móvil y ve a estudiar.
-¡Papá!-dije, mirándole con fastidio.
-Está bien, dame el móvil-dijo, tendiéndome la mano.
-¿Qué? No. No puedo dártelo.
¿Y si Niall llamaba o algo y él tenía el móvil? ¡Se enteraría de todo! ¡Todo se iría a la mierda! No. No podía darle el móvil.
-¿Cómo que no puedes dármelo?
-Pues eso, que lo necesito para estudiar. Tengo apuntes en el móvil.
-No importa, porque no te estudies eso no pasará nada.
Me lo quitó de las manos.
-Te lo devolveré a la noche.
Y se fue llevándose mi móvil.
Ahora sí que la había hecho buena. Recé para que Niall no cumpliera su promesa y no me llamara ni nada esa tarde.
Subí arriba y, aunque intentaba estudiar, no podía. Tenía demasiadas cosas mucho más útiles que eso en las que pensar y, desde luego, mucho más agradables, como era lo que había pasado con Niall ayer y bueno, hoy por la mañana.
¿Y qué querría Harry decirme con eso? Mm, qué chico. Tenía que hablar con él de eso.
A medida que pasaba la tarde yo me desesperaba más y más, pensando si mi padre habría descubierto ya la existencia de Niall, si todo, este precioso cuento de hadas que estaba viviendo, habría llegado a su fin, como llegó con Connor...
Finalmente, papá subió a mi cuarto y me vio estudiando.
-Así me gusta, hija. Toma, el móvil.
Lo cogí y estaba apagado. ¡Se le había agotado la batería! Le di gracias a Dios. Lo puse a cargar y, en efecto, comprobé que Niall me había llamado. ¡Menos mal que la batería se agotó! Si no... Papá se hubiera enterado de todo.
"Perdóname por no contestarte, mi padre me quitó el móvil. No sé qué se le pasa a este hombre por la cabeza últimamente, pero... Lo lamento, de verdad".
Me di cuenta de que mañana era lunes y que aún tenía que ducharme y prepararme las cosas para mañana, así que me fui a duchar y, cuando salí de la ducha, miré si me había contestado.
"No hay nada que perdonar, tranquila. Uh con tu padre. Se ve que también quería hablar conmigo, no puedes culparle por eso, ¿sabes? Intenta entenderle, haha".
Reí. 
Este chico se tomaba todo con un humor... Que ya me gustaría a mí.
Hablamos durante un rato más hasta que bajé a cenar y otro rato antes de irme a dormir.
Nos despedimos con la promesa de vernos lo antes posible.
Oh, él no sabía con cuánta intesidad yo deseaba que se cumpliera esa promesa.
De nuevo sonó el despertador y de nuevo tuve que levantarme, asearme, vestirme y peinarme. ¿Por qué no podía ser como ayer? Levantarme cuando quise, ir a la cocina y descubrir a Niall en ella... No era tan díficil.
Desayuné junto a mi padre y este me informó que, de nuevo, no estaría conmigo a la hora de comer.
Paul me llevó al instituto y allí me encontré con mis amigas, que me pidieron todo tipo de detalles, detalles que no les pude dar por chat porque me costaría demasiado escribir todo lo que sentí estando con Niall ese día, o esa noche.
-Os lo contaré todo en el recreo, ¿vale?
-¡Vale!-dijeron las dos.
-Y Chris, queremos conocer al resto de la banda ya.
-Vale, Marta. Hablaré con Niall y veré qué podemos hacer.
-¡Bien!
La primera hora se me hizo eterna y no os digo ya la segunda.
La señora Black me pilló destraída, dibujando algo en mi cuaderno (menos mal que no me cogió el cuaderno para ver lo que dibujaba, sino, qué vergüenza más grande hubiera pasado) y me mandó a hacer unas fotocopias a conserjería.
Andé por los pasillos sin muchas ganas, haciendo tiempo ya que no tenía ninguna prisa, llegué a conserjería y esperé unos minutos a que me dieran el enorme taco de fotocopias. 
Di las gracias y, haciendo malabares para que no se me cayeran las hojas, volví por los desiertos pasillos.
¿Por qué tenía que seguir viniendo aquí? Ya había acabado los estudios básicos, no tenía por qué seguir estudiando. Esto era hacer el paripé, perder el tiempo, una forma de mi padre de tenerme controlada. Lo que yo quería hacer con mi vida no se estudiaba en una carrera, ¿por qué tenía que hacerlo entonces?
Iba distraída pensando en mis cosas y no vi a Drake, que se acercaba por el pasillo.
Se acercó y me tiró las fotocopias al suelo de un golpe.
-Pero ¿tú qué clase de gilipollez mental sufres?-dije.
En vez de responderme me agarró del brazo y, con fuerza, me empotró contra la pared.
Su cuerpo se apretaba con fuerza contra el mío y me hacía daño, aplastándome contra la pared.
Su frente estaba muy cerca de la mía y sus ojos me miraban con una rabia la cúal nunca había visto antes en los ojos en nadie.
-¿Qué te crees que hiciste el otro día, eh? ¡¿Eh?!
Apreté los labios.
No sabía qué contestar y tenía algo de miedo.
-Tú y yo teníamos un trato. Y los tratos están hechos para cumplirse. Desde luego, mis tratos sí. Y tú vas a cumplir tu parte.
Negué con la cabeza.
Niall me dijo que no, que ya no más, que no le siguiera el juego. Que se acabó el hacerme daño, daño como el que ahora me estaba haciendo al aplastarme de semajante manera contra la pared y apretarme los brazos como lo hacía.
-¿No? ¡¿No?! ¡¿No qué?!
-¡Qué no! ¡No quiero seguir fingiendo que somos nada!
-¡Ya te lo dije! Esto no va de lo que tú quieras, sino de lo que tú tienes que hacer.
-¡Pero no quiero hacer eso! ¡No quiero aparentar que soy una de las tantas golfas con la que te juntas!
-¿Acaso eres distinta a ellas? ¿No estás medio liada con Niall?
-¡No le metas en esto, no le metas! ¡Él no tiene nada que ver, la cosa está entre tú y yo!-dije, empujándole, lejos de mí.
Aunque lejos, lo que se dice lejos, no se fue.
Sonrió.
-Como te pones cuando le menciono, ¿eh? Siempre haces igual. Mira, a mí sinceramente me da igual a quién te tires, yo sólo quiero que cumplas el trato.
-Yo no soy una guarra. No quiero y no voy a hacerlo.
Arremetió de nuevo contra mí, aplastándome contra la pared y haciéndome daño de nuevo. Aunque esta vez, puso su frente contra la mía.
-Sí quieres y sí, vas a hacerlo. O seré yo y no tu padre quién se encarge de que no vuelvas a ver a tu amiguito. Además...-dijo, bajando sus labios hacia mi oído y subiendo su mano por mi pierna hasta internarla por debajo de la falda-Da gracias que me porto bien contigo y sólo te pido que fingas públicamente y que me beses un par de veces porque... Piénsalo, podría pedirte mucho más.
Me asusté y le aparté de mí unos centímetros, pero como me sujetaba, no se fue muy lejos.
-Porque vamos... A mí me gustaría tenerte. ¿Qué digo? Estás entre la espada y la pared. No tienes nada que hacer, salvo lo que yo diga. Me lo pensaré.
Y, sonriéndome una última vez, se fue, dejándome sola en el pasillo, con todas las fotocopias tiradas por el suelo.
Aún apoyada en la pared de pie, me dejé caer lentamente hasta quedar sentada en el suelo y una vez así, me rodeé las rodillas con los brazos.
Mi situación con Drake había cambiado, algo que Niall y yo queríamos. Pero a peor.
Ahora no tenía ninguna opción, ninguna otra salida. ¿Arriesgarme a perder a Niall o acceder a los deseos de Drake?
Me sequé las lágrimas con la mano, me levanté y me fui, dejando esparcidas por el suelo todas las hojas que tenía que llevarle a la señorita Black. 
Mientras salía por la puerta del instituto le envié un mensaje a Cait diciéndole que me iba a casa por razones que ya le explicaría y que me guardara la mochila que ya la recogería.
Mi casa no quedaba tan lejos del Sant Patrick, pero el miedo de mi padre hacía que cada día Paul me llevara en coche.
No tenía las llaves de casa, ya que estas estaban en la mochila, así que Casey me abrió.
-Pero Christine, ¿qué haces aquí a estas horas? ¿Qué dirá tu padre?
-No me importa lo que diga mi padre, Casey. Ya estoy más que harta de todo esto.
Subí a mi cuarto y cambié mi uniforme por esto:
Una vez cambiada de ropa, metí el móvil en el bolso, dinero y llaves. Tenía varios juegos de ellas, por si alguna vez se me olvidaban (como en esta ocasión).
Bajé las escaleras y me dirigí al garaje. Me monté en el coche, me abroché el cinturón y arranqué.
Era la primera vez en mi vida que me escapaba del instituto, pero sentí que lo necesitaba. No hubiera podido quedarme ni un sólo minuto más allí después de lo sucedido con Drake.
Aparqué a unos cuantos metros por delante de la casa de los chicos.
Recé para que Niall estuviera en casa o alguien de la banda.
Llamé al telefonillo y tardaron en responderme.
-¿Si?-dijo la somnolienta voz de Niall.
-Niall, soy yo, Christine.
-¿Christine? ¿Qué haces aquí?
-¿Puedo subir?
-¡Oh, sí, claro!
Me abrió la puerta y subí.
Él me esperaba apoyado en la puerta abierta de su casa, vestido con el mismo pijama de ayer.
Entré y cerró la puerta tras de sí.
-¿No tendrías que estar en el instituto?
Dejé el bolso en el sillón.
-¿No hay nadie?-pregunté.
-No, estamos solos.
Asentí con la cabeza y me cubrí la cara con las manos, ahogando un sollozo.
-Eh, ¿qué te pasa? ¿Estás bien?-dijo, abrazándome.
Apoyé la cabeza en su pecho y, sin quitarme las manos de la cara, negué con la cabeza.
-¿Te ha dicho algo tu padre? ¿Sabe que existo? ¿Tengo que huir del país?
Negué de nuevo con la cabeza.
-¿Entonces qué te pasa?
Le aparté delicadamente y me sequé de nuevo los ojos con la mano.
-Drake-dije, con la voz quebrada.
-¿Drake? ¿Te hizo algo?
Asentí con la cabeza y me abracé a mí misma, mirando al suelo.
-Siéntate y me lo cuentas.
Me llevé las manos a la cabeza.
-No Niall, no quiero preocuparte con mis tonterías. No sé... No sé ni si quiera por qué vine aquí, no tienes por qué escucharme, ha sido un error...
-Sí, sí tengo por qué escucharte. Soy tu amigo, ¿recuerdas? Está en mi naturaleza escuchar además, ya te dije que se me daba bien.
-Pero...
-Siéntate y cuéntamelo, por favor.
Suspiré y me senté a su lado en el sillón.
Y se lo conté.
-Oficialmente se acabó, Chris. No vas a hacer algo que no quieres por ocultarme. La verdad siempre acaba saliendo a la luz, ¿sabes? ¿Qué más da antes que después si tu padre se va a acabar enterando de todas formas? Y así te ahorras hacer cualquier cosa desagradable que Drake quisiera que hicieras...
-Pero Niall...
-¿Pero qué, Chris?
-Él dijo que si no era mi padre, sería él quién encontraría la manera, la forma de...
-Me da igual lo que Drake dijera. Me la trae floja, vamos. No tienes por qué hacer lo que nadie te dice.
-Llevo exactamente lo que la gente me dice toda mi vida...
-Bueno, pues ya no, ¿me entiendes? Eso se acabó. Haz lo que quieras cuando quieras. Y por supuesto eso incluye darle una buena patada en la cara a Drake.
Le miré.
-Ahora me apetece darte un abrazo.
-Vaya, yo creí que eras más de besos.
-Es que ahora lo que realmente necesito es un abrazo.
Sonrió y me abrazó.
-Quién me iba a decir a mí que acabaría siendo el psicólogo de una chica de diecisiete años...
Reí.
Me miró.
-¿Ya estás mejor?
-Algo así... Sus palabras aún resuenan en mis oídos.
-¿Ah, si? ¿Y si yo ahora hago esto, que resuena en ellos?-dijo, acercándose a mi oído y susurrándome.
Volví a reír.
-Pues tu voz.
Él rió y me revolvió el pelo con una mano.
-No me gusta verte mal, rubia. No quiero que lo vuelvas a pasar mal por algo así. A partir de ahora, ignórale completamente. Si él va por la misma acera, cámbiate a otra. Y como vuelva a acercarse a ti, me veré obligado a partirle la cara.
-¿Tú, violento? No te imagino.
Rió y miró el reloj.
-Si te quedas aquí quince minutos más te llevo conmigo al estudio.
-Dispongo de toda la mañana.
-Genial. Me has despertado justo a tiempo al llamar al timbre.
-¿Te desperté? ¡Oh, lo siento mucho, de verdad!
-No importa Chris, ya era hora de que me despertara. Ahora tengo que ducharme y...
-Y yo mientras te prepararé el desayuno. ¿Qué quieres?
Me sonrió.
-No tienes por qué hacerlo.
-Pero yo quiero. ¿Qué quieres?
-Lo mismo de ayer.
-¿Cinco tostadas?
-Que hoy sólo sean dos. Vamos con prisas.
Reí.
-Está bien.
Él se fue a duchar y yo, como prometí, empecé a hacerle el desayuno.
Lo ocurrido antes con Drake seguía muy presente en mi mente, aunque no quería preocupar más a Niall. Si algo tenía claro es que no dejaría que la historia se repitiera. Mi padre no se enteraría de la existencia de Niall. Estaba totalmente segura de eso. Costara el precio que costara, protegería a Niall.
Acababa de untar las tostadas cuando él apareció en la cocina, chorreando agua, con el pelo empapado y con una toalla blanca enroscada en la cintura.
-¿No te vistes?
-¡Ahora, no hay tiempo, tengo hambre!
Desayunó y mientras yo me encargaba de recoger las cosas de la cocina él se vistió.
Me cogió de la mano y tiró de mí hacia el ascensor.
Una vez allí dentro, me soltó.
Le dirigí hasta mi coche.
-Como te prometí, hoy te llevo yo.
-¡Bien!-dijo, feliz.
Me indicó el camino a los estudios y en menos de veinte minutos ya estábamos allí.
-¿Y por qué los demás estaban en el estudio y tú aún seguías durmiendo?-pregunté.
-Porque me gusta dormir.
Reí.
Entramos dentro de un edificio y dejé que me guiara de nuevo, hasta que llegamos a un cuarto donde estaban todos dentro. Por suerte para Niall, aún no habían empezado a grabar nada.
-¿Chris?-dijo Liam, mirándome- Niall, pero, ¿no nos dijiste que ella iba al instituto? ¿No deberías estar en él ahora?
-Debería, tú lo has dicho, Liam, pero... He tenido que irme.
-¿No aguantabas sin ver a Niall?
Niall le pisó el pie a Harry y este se acordó de su familia.
-Harry, calladito, estás más guapo.
Me dejé caer en una silla al lado de Zayn.
-Ayer dormí en la misma habitación que tú.-le dije.
-Es cierto. Me tropecé con una silla al entrar en la habitación. No te desperté, ¿no?
-No, claro. Para despertarme a mí hace falta mucho esfuerzo, duermo como un tronco. Ojalá hubiera estado despierta, así podríamos haber hablado un rato...
-Sí y haber hecho una fiesta de pijamas.
-Oh, sí. Eso también.
Reímos.
Estuvimos él y yo hablando lo que no hablamos esa noche hasta que Paul dijo que dejaran de hacer el vago y todos a trabajar.
Niall se arrodilló para quedar a mi altura, ya que seguía sentada en la silla y se apoyó en mis rodillas.
-¿Ya estás mejor de verdad?
Asentí con la cabeza.
-Si quieres, puedes hablar de eso con Ash y Sam. Quizá ellas te digan algo que yo no te he podido decir, ¿quién sabe? Son chicas, ya sabes, de tu misma especie, digo, género...
Reí.
-Está bien.
-Nos vemos en un rato, ¿vale?
Asentí, me revolvió el pelo y se fue.
-¿De qué quieres hablar?-dijo Sam, sentándose en la silla antes ocupada por Zayn.
Suspiré.
-¿Os acordáis de Drake?
-¡Sí! ¿Qué pasa con él?-dijo Ash, cogiendo la silla de Harry y acercándose a mí.
-Pues veréis...
Y se lo conté como a Niall.
-Joder, pobrecita. ¿Cómo puede haber gente así?
-¿Y qué vas a hacer?
Me encogí de hombros.
-Ignorarle, supongo, no lo sé. No me había enfrentado a algo así nunca.
-Quizá debas decirle eso a tu padre.
-No me creería. Drake es hijo de buena gente, por lo tanto, es buena gente para él. Lo que yo diga no cambiará nada.
Estuvimos bastante rato más buscando posibles soluciones y maneras de asesinar a Drake, hasta que los chicos volvieron.
-¡Se acabó por hoy! Este trabajo es una maravilla.
-¡Lou!
Ash fue corriendo a darle un abrazo como si hubieran pasado años en vez de horas desde la última vez que se vieron.
Niall se volvió a arrodillar frente a mí.
-¿Qué? ¿Se lo contaste?
-Sí, lo hice.
-¿Y?
Me encogí de hombros.
Me cogió de la mano y tiró de mí hasta ponerme en pie.
-Como aquí ya he acabado lo que tenía que hacer, vámonos.
-Pero, ¿adónde?
-No sé, nosotros vámonos y ya veremos dónde, ¿si?
-Bueno, vale. Pero tú me llevas.
Y me subí a su espalda.
Fue algo difícil porque le hacía cosquillas con el pelo y se reía todo el tiempo, pero finalmente pude subirme encima.
-Ala, vámonos.
Nos despedimos de los demás y se dirigió, conmigo a la espalda, hasta el coche.
Una vez que llegamos, me bajé.
-¿Ya has decidido dónde quieres ir?-le pregunté.
-Mm, ¿de cuánto tiempo disponemos?
-Del que queramos.
Sonrió.
-Entonces creo que primero iremos a comer y después, ya veremos. Podemos ver otra película, dar una vuelta, chocarnos en tiendas de ropa, huir de Paul y Jerry... Tenemos un infinito mundo de posibilidades. ¿Qué te parece?
-Me parece perfecto. Vamos, yo conduzco.
¿Drake? ¿Qué era eso? Cuando estaba con Niall, todo se me olvidaba. Todo, incluso lo más oscuro. Por primera vez en mi vida, me atrevía a decir, a jurar, que era verdaderamente feliz, aún con Drake con mi vida.
¿Quién me iba a decir que toda esta felicidad se me iba a acabar tan pronto? ¿Qué mi padre tomaría cartas en el asunto? Él no iba a dejarme ser feliz. No de la manera que yo quería. Y la única manera de ser feliz para mí era estando con Niall.

¡Hola gente! Aquí estoy otra vez con otro capítulo. Estoy muy orgullosa de este capítulo, no sé por qué pero... Pues eso, haha. Quería pedir disculpas por el tiempo que he tardado en subir, pero ya sabéis, el instituto... Prometo que no dejaré la novela, porque me es imposible hacerlo, pero que tendréis que ser pacientes. Subiré capítulos cuando pueda, os lo prometo, también. Gracias por todo.
@Cris_Jbieber