-Niall-
No podía dormir, tenía demasiadas cosas en la cabeza. Habían pasado tantas cosas ese día: visita guiada por la mansión, Titanic, Chris, Drake, Chris, Crepúsculo... Demasiados buenos momentos (y algunos no tanto) que merecían la pena de recordar antes de dormirme.
Me levanté y salí a la terraza, asomándome por el balcón y apoyándome en la barandilla de este.
¿Quién me iba a decir a mí que venir a EE.UU sería algo que me gustaría tanto? Si hubiera llegado a saber lo que me esperaba aquí, hubiera venido antes.
Después de un rato pensando en el balcón, entré de nuevo y fui a ver qué tal estaba Chris. Estaba profundamente dormida y no se había movido de la posición en la cuál la había dejado cuando la tumbé.
Me crucé de brazos y me apoyé en el marco de la puerta. Me daba algo de pena. Se había perdido muchas cosas en la vida por culpa de su padre... Cosas que yo, ahora, le enseñaría.
Pasado un rato decidí dejar de mirarla ya que había comprobado que estaba bien y volví a tumbarme en el sillón. Acababa de hacerlo cuando oí que la puerta se abría y que estos entraban riéndose.
Me incorporé.
-¿Podéis hacer el favor de bajar la voz?-pedí amablemente.
-¡Niall! ¿Qué haces ahí?-preguntó Zayn.
-Intentaba dormir.
-¿En el sillón?
-Bueno... Es que Chris está en mi cama, asi que te pido que no hagas mucho ruido cuando te vayas a acostar.
-¿Qué?-dijo Harry-¿Christine está en tu cama?-dijo, señalando la habitación.
-Sí, a ver... Después de escaparnos de Drake, vinimos aquí, vimos una película y se durmió. ¿Qué querías que hiciera, que la dejara durmiendo aquí?
-¿Qué película vistéis?-preguntó Sam.
-Crepúsculo.
-¡Ohhhhhhhhhh!-dijeron ella y Ash.
Enarqué una ceja.
-Bueno que eso, que da igual, que no la despertéis y ya.
-Claro, descuida.
Zayn fue por el pasillo a oscuras y escuchamos un gran estropicio.
-¡Zayn!
-¡Lo siento, lo siento, lo siento!
Se había tropezado con vete a saber qué.
-Haz sitio, anda-dijo Harry, sentándose en el sillón a mi lado.
Ash y Sam se fueron a dormir ya que decían que tenían un sueño que no podían con él y Liam y Louis no tardaron en seguirlas, así que nos quedamos Harry y yo solos.
-¿Qué hicistéis después de que nos fuéramos? ¿Os quedásteis con Drake?-le pregunté.
-¿Qué? Ah, no. Ese payaso se levantó del suelo y se fue, gruñendo, tras vosotros, pero supongo que nos os alcanzó, así que se fue, creo. Desde luego, adentro no volvió, así que nos quedamos tomando algo hasta ahora y eso. Si te digo la verdad, nunca me cayó bien...
-Claro Harry, porque te hacía competencia.
-Que no, que no es por eso.
-Ya, claro.
-Cuéntame la historia de ellos.
-¿De ellos?
-Joder Niall, Chris y Drake...
-Ah, sí, claro.
Y se la conté.
-Cabronazo.
Reí.
-Justo lo que todos decimos.
-¿Y por qué no quisiste dormir con ella? Ya sabes, ninguno estábamos y, bueno...
-Porque no soy como tú, simplemente.
-Hay que ver la fama que tengo.
-Pues la que tú mismo te has creado.
-Eh, buena respuesta. Aunque aún estás a tiempo si...
-Harry, cállate, ¿quieres?
Rió.
-Vale, vale, si yo sólo decía... Me voy a dormir.
-Es lo más sensato que has dicho esta noche.
Sonrió y se levantó.
-Adiós, tío. Buenas noches.
-Buenas noches.
Una vez que se fue, me tumbé de nuevo en el sillón.
Seguía sin poder dormir y pasaban los minutos. Ash se levantó y fue a la cocina.
-Oh, ¿te he despertado? Venía a buscar un vaso de agua.
-No, no me despertaste. Aún seguía despierto.
-¿No puedes dormir?
-Se ve que no.
-Oh, vaya. ¿Quieres algo, un vaso de leche o algo? Yo te lo pongo.
-No, tranquila. Ve a dormir, estaré bien. Pero gracias.
-Como quieras.
Al pasar a mi lado me revolvió el pelo con una mano y se fue. Ella y Louis compartían cuarto, al igual que Sam y Liam, como era lo lógico y normal. Harry tenía una habitación para él solo porque... Bueno, dejémoslo ahí y como ni Zayn ni yo teníamos una Ash o una Sam no hubo problemas y decidimos compartir cuarto, aunque si Christine se quedaba aquí más veces, quizá debiera reclamar un cuarto para mí solo, porque tener ahí a Zayn si estábamos juntos no sería muy... Espera, ¿qué?
Reí como un loco.
Debía de empezar a dejar de juntarme tanto con Harry, estaba empezando a parecerme a él.
-End-
Abrí los ojos y parpadeé un par de veces, después me estiré cuan larga era. Entonces caí en la cuenta de que este no era mi cuarto. ¿Dónde estaba?
Me incorporé, sentándome en la cama y miré a mi izquierda.
Me sorprendí al ver que Zayn, o alguien que tenía toda la pinta de ser Zayn, dormía en la cama de al lado.
Ah, entonces esta debía de ser la cama de Niall y si él no estaba aquí, ¿dónde estaba?
Me levanté y me acerqué a la cama.
Sí, definitivamente era Zayn.
Salí con cuidado de la habitación para evitar hacer cualquier ruido que pudiera despertarle y fui al salón.
No había nadie.
Oí entonces un ruido proveniente de la cocina y me acerqué a ver qué me encontraba.
Lo que encontré fue a Niall de espaldas, cogiendo algo de una estantería.
-Te ayudaría si fuera más alta, pero como no lo soy...
Al escucharme hablar, se giró, me miró y sonrió.
-¡Chris! Buenos días. ¿Qué tal has dormido? Iba a hacerme el desayuno, ¿quieres algo?
-Buenos días a ti también, Niall. Oh, yo bien. Vale, está bien, pero antes una pregunta... Si yo dormí en tu cama, ¿dónde dormistes tú?
-¿Yo? En el sillón.
-¿Qué? ¿Por qué? Yo era la intrusa aquí y no tenía ningún derecho a quitarte tu cama. Deberías haberme dejado a mí en el sillón.
-No importa Chris, de verdad, si he dormido bien.
-Pero me siento algo mal pensando que tuviste que dormir en el sillón... Si esto se repite, duerme conmigo, ¿vale? Apenas me muevo y no doy patadas. No te molestaré, de verdad.
Sonrió.
-Está bien, como quieras.
-¡Bien! Gracias. Y ahora creo que antes dijiste algo de desayuno...
-Oh, sí. Iba a hacer unas tostadas.
-Te ayudaré.
-Puedes coger el pan de molde que está ahí abajo.
-Perfecto.
Mientras él se encargaba de la tostadora yo cogí el pan de molde y me puse a su lado.
-¿Cuántas rebanadas saco?-pregunté.
-Cinco.
-¿Te vas a comer tú cuatro?-dije, incrédula.
-Ah, yo contaba con que tú te comieras dos...
-¿Qué? ¿Estás loco? Si este pan es enorme... Moriré desayunando.
Rió.
-No creo, mujer. Vamos, saca cinco y que no puedan decir que conmigo no comes bien.
-Está bien, que sean cinco pero ya verás como no seré capaz de comer tanto.
-Pues me lo como yo o se lo damos a Zayn lo que sobre, ya ves que problema.
Ahora reí yo.
Metimos el pan dentro de la tostadora y nos dedicamos en cuerpo y alma a vigilarlas para que no se nos quemaran.
-¿No vas a darme un abrazo de buenos días?
-No sabía que lo querías.
-Ah, Niall, qué poco me conoces, de verdad...
Me abrazó y, cuando me soltó, me dirigí hacia la encimera y cogí el bote de mermelada para verlo.
-¿Y tú a mí no vas a darme un beso en la mejilla de buenos días?
Giré la cabeza y le miré.
-No sabía que lo querías.
Y volví a mirar el bote de mermelada.
-Ah, Chris, de verdad, qué poco me conoces...
-¿Eso qué quiere decir? ¿Qué lo quieres?
-Sí, básicamente eso.
-Ah, pues mira tú por dónde que yo no quiero.
-¿Qué? ¿No?
-Mmm...No.
Dejé el bote de mermelada y me giré.
-Un profesor que tenía hace tiempo decía que las cosas fáciles no merecen la pena.
-Ah, entiendo.
-Y quiero que merezca la pena.
-Sí, vale...
Se lanzó a atraparme pero me escabullí por el lado derecho.
-¡La cocina no es muy grande, no podrás huir!
-¡Eso está por verse!
Finalmente me atrapó por detrás y me levantó del suelo.
-¿Adónde creías que ibas, eh?
-No muy lejos, desde luego.
-Bueno, ¿ahora merece la pena o no? No me lo pusiste fácil.
Reí.
-Sí, ahora sí.
Y aún elevada del suelo, eché hacia atrás la cabeza y deposité un beso en su mejilla, justo en el mismo momento en el que Harry, en boxers, entraba en la cocina.
-¡Eh! ¿Qué está pasando aquí?-dijo, sonriendo.
Niall me dejó en el suelo y me soltó.
-Nada.
-Sí. Hacíamos tostadas.-dije yo, inocentemente.
Miré a Harry mejor.
-Wow.-exclamé.
Este sonrió.
-He visto cuerpos mejores.
Y me fui a mirar las tostadas, que ya estaban listas.
-¿Qué?
Niall rió.
-Acabas de darle donde duele, Chris.
-Nah Harry, es broma, estás bien, pero así hemos cambiado de tema. Niall, un plato, que ya están.
Este, obediente, me pasó un plato y las coloqué ahí. Metí otra tanda, la última y me apoyé en la encimera, cruzándome de brazos, Niall hizo lo mismo pero se apoyó en la otra punta y Harry se sentó en un taburete de la mesa de la cocina.
Hablamos hasta que estuvieron y nos sentamos a desayunar.
Le di a Harry una de mis dos tostadas.
-¿Ves, Chris? Te dije que había que hacer cinco.
-Tú querías hacerme comer dos, gracias al cielo Harry vino a rescatarme.
-¿Qué pasa? ¿Le tienes miedo a engordar? Te recuerdo que ayer nos comimos unos enormes tarros de helado de chocolate y fresa...
-Cállate hombre.
Nos reímos los tres.
Después de desayunar y de recoger los cacharros, dije que, aunque lo último que quería era marcharme, tendría que hacerlo si no quería que papá empezara a sospechar.
Le hice la cama a Niall en silencio mientras Zayn aún dormía, me vestí y me puse el vestido de ayer y los tacones. Dejé la camiseta que Niall me dejó doblada encima de su cama.
-¡Eh, espera! ¿Adónde crees que vas?-dijo este, cuando ya casi me iba por la puerta.
-Emm... ¿A mi casa?
-Dame un momento, que me visto y voy contigo.
-Oh, vale, está bien, como quieras.
Fue corriendo a vestirse y yo me senté en el sillón a esperarle, mientras miraba con aire distraído el móvil por si tenía algún mensaje, chat o algo.
Harry se sentó a mi lado y me miró por unos minutos.
-¿Quieres algo en especial?-dije, levantando los ojos de la pantalla del móvil y mirándole.
-Oh, no, no.
-Ah, bueno...
-Bueno sí, quería decirte algo.
Le miré con interés.
-¿El por qué no te pones algo de ropa para dormir?
Sonrió.
-No, eso no era, aunque puedo decírtelo si quieres.
-Creo que de momento puedo sobrevivir sin esa información.
Volvió a sonreír.
-Sólo quería decirte que, en el tiempo en el que conozco a Niall, que ya va para largo, jamás le vi tan contento como ahora.
Fui a contestarle pero Niall apareció vestido con unos vaqueros, unas Supras, una camiseta blanca y una gorra verde y decidí callarme.
-¿Nos vamos?
-Em sí, claro. Bueno Harry, ya te veré, ¿si? Y si puede ser, con algo más de ropa.
-Lo intentaré, aunque no prometo nada.
Nos despedimos de Harry, salimos los dos de casa y nos montamos en el ascensor.
-¿Qué te dijo Harry?
-Mm, pues no mucho.
-Normal, es tan lento hablando que no le da tiempo a acabar las frases cuando ya está empezando otra.
Reí con eso.
Salimos del ascensor y nos encaminamos al coche.
-A veces te siento como mi chófer, Niall y eso no está bien. No me gusta que me lleven de un lado a otro, yo también sé conducir.
-¿En serio? ¿Quieres llevarlo tú?-dijo, tendiéndome las llaves.
-¿Qué? ¿Confías en mí para eso?
-Claro.-dijo, con total convicción.
-Bueno, pues un día te llevaré yo, pero estos tacones no hacen que sea el día más indicado para ello.
Rió.
-Está bien.
El camino hasta mi casa era corto, pero se me hizo muy, muy breve.
-No quiero bajar.
-Bueno, puedo dar vueltas por aquí hasta que te apetezca.
Sonreí.
-Me encantaría dar vueltas contigo, pero ya sabes, mi padre...
Suspiró.
-Sí, ya sé, la misma historia de siempre.
-¿Cuándo volveré a verte?
-¿Cuándo quieres volver a verme?
-Si por mí fuera, siempre.
-Oh, qué bonito. Me voy a empezar a emocionar.
Le di un golpe sin fuerza en el brazo.
-Anda, tonto. Me voy ya.
-Ten el móvil a mano por si te llamo.
-Oh, entonces lo tendré en la mano todo el rato.
Abrí la puerta para bajarme, pero él se inclinó y la cerró.
-Espera. ¿Y me beso de despedida de siempre?
-Oh, qué cabeza la mía, se me olvidaba. Ey, un momento. ¿Y mi abrazo de siempre? ¿Dónde está?
-Estaba esperando a que me lo pidieras.
Le abracé y le acaricié la nuca con los dedos, ya que era el único lugar que no estaba tapado por la gorra y podía tocarle el pelo. De nuevo su olor, el mismo que el de la chaqueta que se olvidó en casa, me embargó y estuve a punto de preguntarle qué colonia o detergente usaba, para así comprarlo y, bueno... Poder olerle siempre que quisiera.
Al separarnos le di un sonoro beso en la mejilla y abrí la puerta.
-Nos vemos, irlandés. Gracias por todo.
Esperó hasta que entró en casa para irse. Una vez que se fue, suspiré y repasé mentalmente mi coartada, por si mi padre preguntaba. Y, en efecto, preguntó.
-¿Y fuiste así vestida a casa de Cait?
-Es que primero daba una fiesta con unos cuantos compañeros y estando allí me dijo que ya era tarde y que me quedara con ella a dormir. Y por eso voy así vestida.
Vale, no era la mejor coartada del mundo pero a Niall y a mí no se nos había ocurrido otra mejor...
Una vez que cambié el vestido por ropa más cómoda, me acomodé en el sillón del salón (bueno, en uno de los tantos sillones del salón) y chateé de nuevo con Niall por el móvil, preguntándole si los demás ya se habían levantando y cosas por el estilo.
-¿No crees que pasas demasiado tiempo con el móvil?
-Pues no, papá.
-¿No deberías estar estudiando?
-Ya estudié el viernes.
-Deja el móvil y ve a estudiar.
-¡Papá!-dije, mirándole con fastidio.
-Está bien, dame el móvil-dijo, tendiéndome la mano.
-¿Qué? No. No puedo dártelo.
¿Y si Niall llamaba o algo y él tenía el móvil? ¡Se enteraría de todo! ¡Todo se iría a la mierda! No. No podía darle el móvil.
-¿Cómo que no puedes dármelo?
-Pues eso, que lo necesito para estudiar. Tengo apuntes en el móvil.
-No importa, porque no te estudies eso no pasará nada.
Me lo quitó de las manos.
-Te lo devolveré a la noche.
Y se fue llevándose mi móvil.
Ahora sí que la había hecho buena. Recé para que Niall no cumpliera su promesa y no me llamara ni nada esa tarde.
Subí arriba y, aunque intentaba estudiar, no podía. Tenía demasiadas cosas mucho más útiles que eso en las que pensar y, desde luego, mucho más agradables, como era lo que había pasado con Niall ayer y bueno, hoy por la mañana.
¿Y qué querría Harry decirme con eso? Mm, qué chico. Tenía que hablar con él de eso.
A medida que pasaba la tarde yo me desesperaba más y más, pensando si mi padre habría descubierto ya la existencia de Niall, si todo, este precioso cuento de hadas que estaba viviendo, habría llegado a su fin, como llegó con Connor...
Finalmente, papá subió a mi cuarto y me vio estudiando.
-Así me gusta, hija. Toma, el móvil.
Lo cogí y estaba apagado. ¡Se le había agotado la batería! Le di gracias a Dios. Lo puse a cargar y, en efecto, comprobé que Niall me había llamado. ¡Menos mal que la batería se agotó! Si no... Papá se hubiera enterado de todo.
"Perdóname por no contestarte, mi padre me quitó el móvil. No sé qué se le pasa a este hombre por la cabeza últimamente, pero... Lo lamento, de verdad".
Me di cuenta de que mañana era lunes y que aún tenía que ducharme y prepararme las cosas para mañana, así que me fui a duchar y, cuando salí de la ducha, miré si me había contestado.
"No hay nada que perdonar, tranquila. Uh con tu padre. Se ve que también quería hablar conmigo, no puedes culparle por eso, ¿sabes? Intenta entenderle, haha".
Reí.
Este chico se tomaba todo con un humor... Que ya me gustaría a mí.
Hablamos durante un rato más hasta que bajé a cenar y otro rato antes de irme a dormir.
Nos despedimos con la promesa de vernos lo antes posible.
Oh, él no sabía con cuánta intesidad yo deseaba que se cumpliera esa promesa.
De nuevo sonó el despertador y de nuevo tuve que levantarme, asearme, vestirme y peinarme. ¿Por qué no podía ser como ayer? Levantarme cuando quise, ir a la cocina y descubrir a Niall en ella... No era tan díficil.
Desayuné junto a mi padre y este me informó que, de nuevo, no estaría conmigo a la hora de comer.
Paul me llevó al instituto y allí me encontré con mis amigas, que me pidieron todo tipo de detalles, detalles que no les pude dar por chat porque me costaría demasiado escribir todo lo que sentí estando con Niall ese día, o esa noche.
-Os lo contaré todo en el recreo, ¿vale?
-¡Vale!-dijeron las dos.
-Y Chris, queremos conocer al resto de la banda ya.
-Vale, Marta. Hablaré con Niall y veré qué podemos hacer.
-¡Bien!
La primera hora se me hizo eterna y no os digo ya la segunda.
La señora Black me pilló destraída, dibujando algo en mi cuaderno (menos mal que no me cogió el cuaderno para ver lo que dibujaba, sino, qué vergüenza más grande hubiera pasado) y me mandó a hacer unas fotocopias a conserjería.
Andé por los pasillos sin muchas ganas, haciendo tiempo ya que no tenía ninguna prisa, llegué a conserjería y esperé unos minutos a que me dieran el enorme taco de fotocopias.
Di las gracias y, haciendo malabares para que no se me cayeran las hojas, volví por los desiertos pasillos.
¿Por qué tenía que seguir viniendo aquí? Ya había acabado los estudios básicos, no tenía por qué seguir estudiando. Esto era hacer el paripé, perder el tiempo, una forma de mi padre de tenerme controlada. Lo que yo quería hacer con mi vida no se estudiaba en una carrera, ¿por qué tenía que hacerlo entonces?
Iba distraída pensando en mis cosas y no vi a Drake, que se acercaba por el pasillo.
Se acercó y me tiró las fotocopias al suelo de un golpe.
-Pero ¿tú qué clase de gilipollez mental sufres?-dije.
En vez de responderme me agarró del brazo y, con fuerza, me empotró contra la pared.
Su cuerpo se apretaba con fuerza contra el mío y me hacía daño, aplastándome contra la pared.
Su frente estaba muy cerca de la mía y sus ojos me miraban con una rabia la cúal nunca había visto antes en los ojos en nadie.
-¿Qué te crees que hiciste el otro día, eh? ¡¿Eh?!
Apreté los labios.
No sabía qué contestar y tenía algo de miedo.
-Tú y yo teníamos un trato. Y los tratos están hechos para cumplirse. Desde luego, mis tratos sí. Y tú vas a cumplir tu parte.
Negué con la cabeza.
Niall me dijo que no, que ya no más, que no le siguiera el juego. Que se acabó el hacerme daño, daño como el que ahora me estaba haciendo al aplastarme de semajante manera contra la pared y apretarme los brazos como lo hacía.
-¿No? ¡¿No?! ¡¿No qué?!
-¡Qué no! ¡No quiero seguir fingiendo que somos nada!
-¡Ya te lo dije! Esto no va de lo que tú quieras, sino de lo que tú tienes que hacer.
-¡Pero no quiero hacer eso! ¡No quiero aparentar que soy una de las tantas golfas con la que te juntas!
-¿Acaso eres distinta a ellas? ¿No estás medio liada con Niall?
-¡No le metas en esto, no le metas! ¡Él no tiene nada que ver, la cosa está entre tú y yo!-dije, empujándole, lejos de mí.
Aunque lejos, lo que se dice lejos, no se fue.
Sonrió.
-Como te pones cuando le menciono, ¿eh? Siempre haces igual. Mira, a mí sinceramente me da igual a quién te tires, yo sólo quiero que cumplas el trato.
-Yo no soy una guarra. No quiero y no voy a hacerlo.
Arremetió de nuevo contra mí, aplastándome contra la pared y haciéndome daño de nuevo. Aunque esta vez, puso su frente contra la mía.
-Sí quieres y sí, vas a hacerlo. O seré yo y no tu padre quién se encarge de que no vuelvas a ver a tu amiguito. Además...-dijo, bajando sus labios hacia mi oído y subiendo su mano por mi pierna hasta internarla por debajo de la falda-Da gracias que me porto bien contigo y sólo te pido que fingas públicamente y que me beses un par de veces porque... Piénsalo, podría pedirte mucho más.
Me asusté y le aparté de mí unos centímetros, pero como me sujetaba, no se fue muy lejos.
-Porque vamos... A mí me gustaría tenerte. ¿Qué digo? Estás entre la espada y la pared. No tienes nada que hacer, salvo lo que yo diga. Me lo pensaré.
Y, sonriéndome una última vez, se fue, dejándome sola en el pasillo, con todas las fotocopias tiradas por el suelo.
Aún apoyada en la pared de pie, me dejé caer lentamente hasta quedar sentada en el suelo y una vez así, me rodeé las rodillas con los brazos.
Mi situación con Drake había cambiado, algo que Niall y yo queríamos. Pero a peor.
Ahora no tenía ninguna opción, ninguna otra salida. ¿Arriesgarme a perder a Niall o acceder a los deseos de Drake?
Me sequé las lágrimas con la mano, me levanté y me fui, dejando esparcidas por el suelo todas las hojas que tenía que llevarle a la señorita Black.
Mientras salía por la puerta del instituto le envié un mensaje a Cait diciéndole que me iba a casa por razones que ya le explicaría y que me guardara la mochila que ya la recogería.
Mi casa no quedaba tan lejos del Sant Patrick, pero el miedo de mi padre hacía que cada día Paul me llevara en coche.
No tenía las llaves de casa, ya que estas estaban en la mochila, así que Casey me abrió.
-Pero Christine, ¿qué haces aquí a estas horas? ¿Qué dirá tu padre?
-No me importa lo que diga mi padre, Casey. Ya estoy más que harta de todo esto.
Subí a mi cuarto y cambié mi uniforme por esto:
Una vez cambiada de ropa, metí el móvil en el bolso, dinero y llaves. Tenía varios juegos de ellas, por si alguna vez se me olvidaban (como en esta ocasión).
Bajé las escaleras y me dirigí al garaje. Me monté en el coche, me abroché el cinturón y arranqué.
Era la primera vez en mi vida que me escapaba del instituto, pero sentí que lo necesitaba. No hubiera podido quedarme ni un sólo minuto más allí después de lo sucedido con Drake.
Aparqué a unos cuantos metros por delante de la casa de los chicos.
Recé para que Niall estuviera en casa o alguien de la banda.
Llamé al telefonillo y tardaron en responderme.
-¿Si?-dijo la somnolienta voz de Niall.
-Niall, soy yo, Christine.
-¿Christine? ¿Qué haces aquí?
-¿Puedo subir?
-¡Oh, sí, claro!
Me abrió la puerta y subí.
Él me esperaba apoyado en la puerta abierta de su casa, vestido con el mismo pijama de ayer.
Entré y cerró la puerta tras de sí.
-¿No tendrías que estar en el instituto?
Dejé el bolso en el sillón.
-¿No hay nadie?-pregunté.
-No, estamos solos.
Asentí con la cabeza y me cubrí la cara con las manos, ahogando un sollozo.
-Eh, ¿qué te pasa? ¿Estás bien?-dijo, abrazándome.
Apoyé la cabeza en su pecho y, sin quitarme las manos de la cara, negué con la cabeza.
-¿Te ha dicho algo tu padre? ¿Sabe que existo? ¿Tengo que huir del país?
Negué de nuevo con la cabeza.
-¿Entonces qué te pasa?
Le aparté delicadamente y me sequé de nuevo los ojos con la mano.
-Drake-dije, con la voz quebrada.
-¿Drake? ¿Te hizo algo?
Asentí con la cabeza y me abracé a mí misma, mirando al suelo.
-Siéntate y me lo cuentas.
Me llevé las manos a la cabeza.
-No Niall, no quiero preocuparte con mis tonterías. No sé... No sé ni si quiera por qué vine aquí, no tienes por qué escucharme, ha sido un error...
-Sí, sí tengo por qué escucharte. Soy tu amigo, ¿recuerdas? Está en mi naturaleza escuchar además, ya te dije que se me daba bien.
-Pero...
-Siéntate y cuéntamelo, por favor.
Suspiré y me senté a su lado en el sillón.
Y se lo conté.
-Oficialmente se acabó, Chris. No vas a hacer algo que no quieres por ocultarme. La verdad siempre acaba saliendo a la luz, ¿sabes? ¿Qué más da antes que después si tu padre se va a acabar enterando de todas formas? Y así te ahorras hacer cualquier cosa desagradable que Drake quisiera que hicieras...
-Pero Niall...
-¿Pero qué, Chris?
-Él dijo que si no era mi padre, sería él quién encontraría la manera, la forma de...
-Me da igual lo que Drake dijera. Me la trae floja, vamos. No tienes por qué hacer lo que nadie te dice.
-Llevo exactamente lo que la gente me dice toda mi vida...
-Bueno, pues ya no, ¿me entiendes? Eso se acabó. Haz lo que quieras cuando quieras. Y por supuesto eso incluye darle una buena patada en la cara a Drake.
Le miré.
-Ahora me apetece darte un abrazo.
-Vaya, yo creí que eras más de besos.
-Es que ahora lo que realmente necesito es un abrazo.
Sonrió y me abrazó.
-Quién me iba a decir a mí que acabaría siendo el psicólogo de una chica de diecisiete años...
Reí.
Me miró.
-¿Ya estás mejor?
-Algo así... Sus palabras aún resuenan en mis oídos.
-¿Ah, si? ¿Y si yo ahora hago esto, que resuena en ellos?-dijo, acercándose a mi oído y susurrándome.
Volví a reír.
-Pues tu voz.
Él rió y me revolvió el pelo con una mano.
-No me gusta verte mal, rubia. No quiero que lo vuelvas a pasar mal por algo así. A partir de ahora, ignórale completamente. Si él va por la misma acera, cámbiate a otra. Y como vuelva a acercarse a ti, me veré obligado a partirle la cara.
-¿Tú, violento? No te imagino.
Rió y miró el reloj.
-Si te quedas aquí quince minutos más te llevo conmigo al estudio.
-Dispongo de toda la mañana.
-Genial. Me has despertado justo a tiempo al llamar al timbre.
-¿Te desperté? ¡Oh, lo siento mucho, de verdad!
-No importa Chris, ya era hora de que me despertara. Ahora tengo que ducharme y...
-Y yo mientras te prepararé el desayuno. ¿Qué quieres?
Me sonrió.
-No tienes por qué hacerlo.
-Pero yo quiero. ¿Qué quieres?
-Lo mismo de ayer.
-¿Cinco tostadas?
-Que hoy sólo sean dos. Vamos con prisas.
Reí.
-Está bien.
Él se fue a duchar y yo, como prometí, empecé a hacerle el desayuno.
Lo ocurrido antes con Drake seguía muy presente en mi mente, aunque no quería preocupar más a Niall. Si algo tenía claro es que no dejaría que la historia se repitiera. Mi padre no se enteraría de la existencia de Niall. Estaba totalmente segura de eso. Costara el precio que costara, protegería a Niall.
Acababa de untar las tostadas cuando él apareció en la cocina, chorreando agua, con el pelo empapado y con una toalla blanca enroscada en la cintura.
-¿No te vistes?
-¡Ahora, no hay tiempo, tengo hambre!
Desayunó y mientras yo me encargaba de recoger las cosas de la cocina él se vistió.
Me cogió de la mano y tiró de mí hacia el ascensor.
Una vez allí dentro, me soltó.
Le dirigí hasta mi coche.
-Como te prometí, hoy te llevo yo.
-¡Bien!-dijo, feliz.
Me indicó el camino a los estudios y en menos de veinte minutos ya estábamos allí.
-¿Y por qué los demás estaban en el estudio y tú aún seguías durmiendo?-pregunté.
-Porque me gusta dormir.
Reí.
Entramos dentro de un edificio y dejé que me guiara de nuevo, hasta que llegamos a un cuarto donde estaban todos dentro. Por suerte para Niall, aún no habían empezado a grabar nada.
-¿Chris?-dijo Liam, mirándome- Niall, pero, ¿no nos dijiste que ella iba al instituto? ¿No deberías estar en él ahora?
-Debería, tú lo has dicho, Liam, pero... He tenido que irme.
-¿No aguantabas sin ver a Niall?
Niall le pisó el pie a Harry y este se acordó de su familia.
-Harry, calladito, estás más guapo.
Me dejé caer en una silla al lado de Zayn.
-Ayer dormí en la misma habitación que tú.-le dije.
-Es cierto. Me tropecé con una silla al entrar en la habitación. No te desperté, ¿no?
-No, claro. Para despertarme a mí hace falta mucho esfuerzo, duermo como un tronco. Ojalá hubiera estado despierta, así podríamos haber hablado un rato...
-Sí y haber hecho una fiesta de pijamas.
-Oh, sí. Eso también.
Reímos.
Estuvimos él y yo hablando lo que no hablamos esa noche hasta que Paul dijo que dejaran de hacer el vago y todos a trabajar.
Niall se arrodilló para quedar a mi altura, ya que seguía sentada en la silla y se apoyó en mis rodillas.
-¿Ya estás mejor de verdad?
Asentí con la cabeza.
-Si quieres, puedes hablar de eso con Ash y Sam. Quizá ellas te digan algo que yo no te he podido decir, ¿quién sabe? Son chicas, ya sabes, de tu misma especie, digo, género...
Reí.
-Está bien.
-Nos vemos en un rato, ¿vale?
Asentí, me revolvió el pelo y se fue.
-¿De qué quieres hablar?-dijo Sam, sentándose en la silla antes ocupada por Zayn.
Suspiré.
-¿Os acordáis de Drake?
-¡Sí! ¿Qué pasa con él?-dijo Ash, cogiendo la silla de Harry y acercándose a mí.
-Pues veréis...
Y se lo conté como a Niall.
-Joder, pobrecita. ¿Cómo puede haber gente así?
-¿Y qué vas a hacer?
Me encogí de hombros.
-Ignorarle, supongo, no lo sé. No me había enfrentado a algo así nunca.
-Quizá debas decirle eso a tu padre.
-No me creería. Drake es hijo de buena gente, por lo tanto, es buena gente para él. Lo que yo diga no cambiará nada.
Estuvimos bastante rato más buscando posibles soluciones y maneras de asesinar a Drake, hasta que los chicos volvieron.
-¡Se acabó por hoy! Este trabajo es una maravilla.
-¡Lou!
Ash fue corriendo a darle un abrazo como si hubieran pasado años en vez de horas desde la última vez que se vieron.
Niall se volvió a arrodillar frente a mí.
-¿Qué? ¿Se lo contaste?
-Sí, lo hice.
-¿Y?
Me encogí de hombros.
Me cogió de la mano y tiró de mí hasta ponerme en pie.
-Como aquí ya he acabado lo que tenía que hacer, vámonos.
-Pero, ¿adónde?
-No sé, nosotros vámonos y ya veremos dónde, ¿si?
-Bueno, vale. Pero tú me llevas.
Y me subí a su espalda.
Fue algo difícil porque le hacía cosquillas con el pelo y se reía todo el tiempo, pero finalmente pude subirme encima.
-Ala, vámonos.
Nos despedimos de los demás y se dirigió, conmigo a la espalda, hasta el coche.
Una vez que llegamos, me bajé.
-¿Ya has decidido dónde quieres ir?-le pregunté.
-Mm, ¿de cuánto tiempo disponemos?
-Del que queramos.
Sonrió.
-Entonces creo que primero iremos a comer y después, ya veremos. Podemos ver otra película, dar una vuelta, chocarnos en tiendas de ropa, huir de Paul y Jerry... Tenemos un infinito mundo de posibilidades. ¿Qué te parece?
-Me parece perfecto. Vamos, yo conduzco.
¿Drake? ¿Qué era eso? Cuando estaba con Niall, todo se me olvidaba. Todo, incluso lo más oscuro. Por primera vez en mi vida, me atrevía a decir, a jurar, que era verdaderamente feliz, aún con Drake con mi vida.
¿Quién me iba a decir que toda esta felicidad se me iba a acabar tan pronto? ¿Qué mi padre tomaría cartas en el asunto? Él no iba a dejarme ser feliz. No de la manera que yo quería. Y la única manera de ser feliz para mí era estando con Niall.
¡Hola gente! Aquí estoy otra vez con otro capítulo. Estoy muy orgullosa de este capítulo, no sé por qué pero... Pues eso, haha. Quería pedir disculpas por el tiempo que he tardado en subir, pero ya sabéis, el instituto... Prometo que no dejaré la novela, porque me es imposible hacerlo, pero que tendréis que ser pacientes. Subiré capítulos cuando pueda, os lo prometo, también. Gracias por todo.
@Cris_Jbieber
Siguiiiiiiiiente! Yo tambien estoy orgullosa de este ccapiii:D
ResponderEliminarSiguienteee:)
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